D Semana
La propuesta de hacer
más expeditos los permisos ambientales para grandes proyectos petroleros,
mineros y de infraestructura ha levantado una enorme polémica.
A pesar de que el
ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, ha sostenido que la propuesta para
reducir los tiempos de las licencias ambientales no va a sacrificar su
rigurosidad, muchos ambientalistas han encendido las alarmas. El gobierno
piensa reestructurar dos puntos fundamentales en ese trámite, que en la
práctica es el último visto bueno para que un proyecto minero, petrolero o de
infraestructura pueda hacerse. Hoy en día una licencia ambiental se demora
cerca de 24 meses en ser expedida lo que
para muchos tiene frenados varios proyectos de desarrollo. Lo primero que busca
el gobierno es reducir a 3,5 meses el tiempo de expedición de las licencias y
lo segundo volver el proceso oral. La
nueva medida tiene a algunos muy contentos y a otros muy molestos.
La principal crítica a
las llamadas licencias exprés, entre quienes están molestos, es precisamente
que sean ‘exprés’. Para muchos ambientalistas este tiempo no alcanza para hacer
un estudio serio de los impactos que pueda tener un gran proyecto. El senador
Jorge Enrique Robledo aseguró en una dura carta al gobierno que “las licencias
ambientales no existen para estorbarles a las empresas que hacen las cosas
bien, sino para protegernos de las que lo hacen mal”.
Por el contrario, los
gremios, los empresarios y muchos sectores del gobierno, consideran que la
medida es muy positiva debido a los excesivos tiempos que se toma la Autoridad
de Licencias Ambientales en darle respuesta a sus solicitudes. Los petroleros
aseguran que por esto no han llegado a la meta del millón de barriles. El
gremio de la infraestructura dice algo similar respecto a las carreteras y
considera que sin esta reforma obras esenciales serían inviables. Si el
gobierno decide poner en marcha definitivamente esta propuesta, estos serían los
principales proyectos que se tramitarían con este nuevo mecanismo.
Santurbán
El megaproyecto
aurífero que la empresa Eco Oro (antes Greystar) quiere hacer en el páramo de
Santurbán aún está en etapa de exploración. La empresa no ha presentado la solicitud
de licencia ambiental (lo había hecho en el pasado, pero la retiró), y está a
la espera de que se delimite el páramo para volverlo a hacer. Se beneficiaría
de este nuevo trámite.
La Colosa
Lo que sería una de las
minas de oro más grandes del planeta también está en etapa de exploración.
Anglo Gold Ashanti lleva varios años estudiando esa región del Tolima y aún no
ha pedido licencia, por lo que también la cobijaría el nuevo decreto.
Las 4G
El presidente de la
Agencia Nacional de Infraestructura, Luis Fernando Andrade, ha defendido el
decreto a capa y espada. Lo considera necesario para que el país pueda cumplir
con las llamadas concesiones de cuarta generación que comprenden 40 proyectos
estructurales para el país por un costo cercano a los 47 billones de pesos. El
decreto también elimina la necesidad de tener licencia ambiental para construir
dobles calzadas.
La Ruta del Sol
Los más de 1.000
kilómetros de carretera que conectarían a Bogotá con Santa Marta han sufrido
por cuenta de las licencias ambientales. Tanto que se dijo que el 80 por ciento
de la obra estaba frenada por esa razón. Algo similar pasa con la vía
Bogotá-Buenaventura. El exministro
Manuel Rodríguez asegura que es una irresponsabilidad decir que el atraso de la
infraestructura del país tenga que ver con las licencias ambientales y no con
la ineficiencia de quienes están obligados a hacer las obras.
El “millón” de barriles
Los petroleros siempre
han acusado a las licencias ambientales de ser las responsables de que no
lleguen a la meta del millón de barriles. Según la Asociación Colombiana del
Petróleo actualmente tienen 113 licencias ambientales en trámite, muchas de las
cuales llevan más de 14 meses esperando. La exdirectora de la Anla, Luz Helena
Sarmiento, dijo en su momento que el problema de esa demora era que las
empresas entregaban la información incompleta.
La medida es clave para ellos pues la inminente caída de los ingresos
del petróleo se está convirtiendo en una ‘bomba’ fiscal.
Sin licencia para...
Con el nuevo decreto no
se soluciona uno de los principales problemas de la minería en Colombia y es el hecho de que
su fase de exploración no requiera de licencia ambiental. Esto es perjudicial
tanto para la protección de la naturaleza, pues la exploración se ha realizado
sobre páramos y parques naturales, y para las mismas empresas que no tienen
seguridad jurídica y hacen grandes inversiones en sitios que están vetados.
El ‘Fracking’
Las licencias para
utilizar el método de estimulación hidráulica en la extracción de hidrocarburos
se tramitarían con este nuevo decreto. El ministro de Ambiente aclaró que no se
van a disminuir los requisitos técnicos para el fracking, sino solamente a
agilizar los términos de los procesos. En este momento apenas están los bloques
asignados y no hay solicitudes de licencia ambiental aún.