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domingo, 22 de mayo de 2016

LOS INSÓLITOS PERMISOS QUE FACILITARON 15 FUGAS



El establecimiento carcelario, a cargo del Distrito, cuenta con vigilancia privada, por lo que no tiene nada que ver con el Inpec.

GERMÁN CORCHO TRÓCHEZ Y WILLIAM COLINA PÁEZ.

EL HERALDO conoció autorizaciones de salida otorgadas por exdirector de la cárcel El Bosque, con beneficios por trabajo y remisiones. Solo los jueces pueden conceder este tipo de licencias. Algunos de los fugados sufrieron atentados; a dos los mataron.
La captura en Santa Marta del señalado cerebro de unas extorsiones que superan los $250 millones, quien tenía vigente una medida de aseguramiento en la Cárcel Distrital de El Bosque, fue el último de los casos conocidos de permisos irregulares otorgados a internos de este penal.
Juan Camilo o Alejandro José Estrada Amador, alias ‘el Chacal’, como la Fiscalía identificó al sospechoso, fue detenido el pasado 10 de mayo en la redada del Gaula de la Policía que dejó más de 30 personas detenidas en la Costa por cobros extorsivos.

El Chacal es un sujeto de alta peligrosidad, se había fugado de la Cárcel Distrital”, afirmó el general Gonzalo Londoño Portela, comandante de la Policía Metropolitana en Barranquilla, en la rueda de prensa en la que dio detalles de la operación.
Al igual que Estrada, desde diciembre otros reclusos fueron sorprendidos en la calle por policías, pese a tener a cuestas órdenes de detención en la Distrital. Pero no son los únicos.
EL HERALDO conoció que las autoridades tienen información sobre presuntas anomalías que en esa cárcel facilitaron la fuga de, al menos, 15 internos. Algunos han sido recapturados por nuevas investigaciones, como ‘el Chacal’; otros fueron víctimas de atentados y a dos hasta los mataron.
Juan Camilo o Alejandro Estrada, alias ‘el Chacal’; Carlos Alberto Ortiz Blanco, alias ‘Cachetes’ y Diego Armando Niebles Bolívar.
DICIEMBRE Y “CALAMIDAD”
Agentes de la Sijín pillaron el 8 de diciembre de 2015 a Diego Niebles Bolívar, procesado por hurto, en un taxi rumbo al norte de Barranquilla.
El considerado líder de la banda de atracadores ‘los Hipermegaplay’ justificó su presencia fuera de la Distrital con un permiso para regresar al día siguiente.
Rusbel Martínez Villa, entonces director de la cárcel, confirmó en su momento que dio el aval “a través de una resolución de trabajo, ya que hace parte de un programa de resocialización”, pero solo por “tres horas”.
Registros en poder de la Fiscalía dan cuenta de que más de un recluso recibió ese mes autorización para salir en días previos o posteriores a las fiestas de Velitas, Navidad y Año Nuevo.
‘El Chacal’ fue uno. De él no volvieron a saber después de que el 7 de diciembre saliera a las 8 de la mañana a “comprar arroz, carne y otros insumos” para el rancho del penal. “Debiendo regresar a las 12:00 horas del mismo día, mes y año”, consta en un documento.
Una segunda fuga fue protagonizada la tarde del pasado 22 de diciembre por Elkin Castro Gamarra, sindicado de concierto para delinquir y tráfico de drogas. Este aprovechó un traslado “a su domicilio por calamidad familiar”.
El guarda de la empresa Delthac, encargado de la remisión, detalló en un informe que “se movilizaban en un taxi, en la calle 38 con carrera 38, el interno, aprovechando una parada, abrió la puerta del mismo y salió corriendo, abordó una moto, sin que le diera tiempo de reaccionar”.
“ACTITUD DE SUPERACIÓN”
Otras similitudes son los argumentos de los permisos. Un ejemplo son Estrada y Abel Moisés Ramos Jiménez, este último en custodia de la Distrital desde el 1o. de agosto del año pasado por porte ilegal de armas de fuego.
La dirección de la cárcel argumentó que eran internos que han “venido demostrando interés y actitud de superación” en sus procesos “de readaptación”. Y que en el tiempo que llevaban allí se vincularon al programa de atención integral: Ramos, primero, en labores de aseo y mantenimiento; luego coincidió con Estrada en el rancho.

Ramos fue encargado de adquirir insumos para preparar alimentos y el funcionamiento del restaurante: estufas, horno, meses, sillas y otros. Por ello informó que necesitaba salir a realizar una compra.
“Ante la necesidad planteada por el interno, en aras de garantizar su derecho al trabajo, se consideró preciso autorizar su salida para que adquiera los elementos requeridos”, anotó para justificar el permiso. Este fue dado el 9 de marzo anterior, de 2 a 4 de la tarde. Pero a la hora límite, como aconteció con Estrada Amador, “no regresó”.
Una fuente dijo que Niebles Bolívar salió como parte del mismo programa resocializador.
ATENTADOS Y MUERTES
La madrugada del lunes 4 de enero fueron acribillados a tiros dos jóvenes, de 19 y 18 años, en el barrio Rebolo.
La indagación preliminar de las autoridades arrojó que, cuando fueron baleados, departían cerca de la residencia de un presunto integrante de ‘los Charoles’, banda dedicada al microtráfico de estupefacientes en el suroriente de la ciudad.
En principio se creyó que en la vivienda tenía casa por cárcel uno de los señalados jíbaros, pero agentes de la Sijín establecieron que el atentado iba contra un ‘Charol’ con detención vigente en la Distrital, que se salvó de las balas.
Cuatro fuentes consultadas coincidieron en que esa misma suerte no la tuvieron otros dos internos de El Bosque que recibieron permisos extramuros.
El 28 de marzo hubo un capítulo parecido al de Rebolo, en San Roque: en horas de la madrugada, investigadores de la Sijín llegaron al Hospital General y encontraron a Carlos Ortiz Blanco, alias ‘Cachetes’, bajo vigilancia de patrulleros que habían evitado horas antes que lo mataran.
“Solicitó protección cuando se encontraba en el hospital con heridas producidas por arma cortopunzante, las cuales fueron ocasionadas por una persona que intentaba asesinarlo”, dice el informe de Policía Judicial allegado a la Fiscalía.
Ortiz estaba asegurado desde junio de 2015 en la Distrital, por porte ilegal de armas y posesión de estupefacientes, medida que no había sido revocada. De hecho, tenía una nueva orden de captura por concierto para delinquir, homicidio, extorsión y uso de menores para la comisión de delitos, la cual fue legalizada. Un juez decidió enviarlo a la Cárcel Modelo.
MÁS CASOS
Un mes después de la fuga de Castro, en la calle 38 con 38, la seguridad de los traslados de la Distrital flaqueó de nuevo el 18 de enero, durante una remisión por una presunta urgencia médica.

La comandancia de la guardia de turno explicó a la dirección que ese día se comisionó a un guardia para trasladar y custodiar hasta el Hospital General a Darwin Alberto Castillo Cantillo, investigado por extorsión agravada en grado de tentativa.
“En donde este (Castillo), antes de ingresar a dicho centro médico, en una maniobra distractora, aprovechó y se evadió, sin dar oportunidad de impedirlo. Por lo cual de inmediato procedimos a adelantar la búsqueda de este, sin obtener resultados favorables”, reportó la comandancia.
Entre otras de las no menos de 15 fugas descubiertas están las de tres condenados, dos por concierto para delinquir y uno por extorsión.
También se conoció el caso de un expolicía preso por homicidio, quien resultó herido en noviembre durante un atraco. Su evasión fue conocida solo después de que ingresó al Hospital General. Lo insólito es que, a pesar de la condena que no ha terminado de purgar y la fuga, un juez le concedió detención domiciliaria.
Aunque no tienen bajo su responsabilidad este recinto, un funcionario de la Regional Norte del Instituto Penitenciario y Carcelario, Inpec, recordó que “la ley prohíbe” que los directores de cárceles concedan permisos extramuros a sindicados o investigados, por tratarse de una facultad “del juez de conocimiento a cargo del proceso”. En el caso de los condenados, los jueces de penas y medidas son los que están facultados.
Lo mismo sucede en situaciones de enfermedad grave o la muerte de un familiar, dentro del segundo grado de consanguinidad, primero de afinidad y primero civil, es decir, padres, hijos y hermanos; esposa o hijos adoptados.
EL HERALDO conoció que en recientes comités de evaluación del Sistema Penal Acusatorio en Barranquilla concluyeron que la situación detectada en la Distrital “contribuye a que haya una mayor sensación de inseguridad y de permisividad ante el delito”, dijo un funcionario que ha participado de estas.
COTEJARON HUELLAS
La fuente advirtió que las posibles irregularidades llegaron a tal punto que fue necesario pedir apoyo de la Registraduría y del Inpec con el fin de obtener un registro fehaciente de la población de internos y verificar si las huellas tomadas a cada uno correspondían con sus registros.

Por estos hechos las pesquisas están enfocadas, ahora, a determinar si hubo pagos de dinero por parte de reclusos a cambio de beneficios sin que mediara el criterio de un juez.

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