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martes, 27 de mayo de 2014

CONDENAN AL INPEC POR MUERTE DE RECLUSO EN UN MOTÍN


El 25 de mayo de 2010, en la cárcel La Modelo de Bogotá, se generó un incendio que acabó con la vida de Ricardo Ortiz Ortiz, quien estaba a dos días de recuperar su libertad.
El país se despertó con la trágica noticia de un incendio en la cárcel La Modelo de Bogotá. La noche anterior, en medio de un motín, los internos del pabellón 2B le prendieron fuego a colchonetas y sábanas para impedir el traslado de uno de sus compañeros. Las llamas se propagaron en cuestión de minutos y para cuando los guardias pudieron intervenir el saldo era de 14 reclusos heridos y 3 muertos.
Uno de ellos era Ricardo Ortiz Ortiz, a quien el humo le asfixió, literalmente, la vida que le esperaba fuera de las rejas: el 27 de mayo recuperaría su libertad. Hechos por los cuales el Tribunal Administrativo de Cundinamarca halló responsable al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) y ordenó que se indemnizara a la compañera de Ricardo con $106 millones.
Esta corporación consideró que el Inpec cometió una falla en el servicio porque omitió “el cumplimiento de su obligación de seguridad y protección respecto de los reclusos que se encuentran a su cargo, omisión que presuntamente desencadenó el deceso del señor Ricardo Ortiz”. Es decir, para el Tribunal esta institución es responsable porque al no reaccionar a tiempo ante el motín –que duró cuatro horas– incumplió su deber de garantizar la integridad de los internos.
Además, en el informe rendido por un miembro del Inpec se explica que cuando se va a realizar el traslado de un recluso, sus compañeros “manifiestan que no dejan sacar al interno del patio y se cubren el rostro y amenazan con armas blancas y contundentes, procedieron a asegurar las rejas de ingreso a los pasillos del segundo piso con sábanas, prendiendo fuego a las colchonetas e instalaciones del pasillo”. Según el entonces director del Inpec, coronel (r) Carlos Barragán, sus guardias fueron atacados “con elementos incendiarios” cuando intentaban detener el motín.
Para el Tribunal, el hecho de que los reclusos tuvieran dentro de sus celdas elementos con los cuales pudieran prender fuego en la cárcel “demuestra irregularidades dentro del establecimiento carcelario que pusieron en peligro la vida de los internos”. Y agrega: “Lo que en efecto sucedió, cobrando la vida de uno de ellos”. Según el dictamen de Medicina Legal, Ricardo murió a causa de una asfixia sufrida por la sofocación que le provocó la inhalación de humo.

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