De
las 12 especies de palma de cera que existen en el mundo, Colombia tiene siete
y todas ellas están en vía de extinción.
Los
expertos en botánica y los investigadores alertan sobre dos factores
fundamentales para ese riesgo de desaparición: la pérdida de hábitat para su
crecimiento y reproducción, y la extracción del ramo durante la Semana Santa
católica, aunque esta última práctica ha disminuido en los últimos años.
“La
mayor amenaza que hoy enfrenta la especie es la pérdida de hábitat. En realidad
lo que prende las alarmas es que las palmas no tienen suficiente bosque para
regenerar, para dejar juveniles y plántulas. Las palmas viejas sobreviven en
los potreros, pero esa no es una población sana, porque ahí caen las semillas y
pronto mueren. Las plántulas por fuera del bosque no sobreviven. Consideramos
que la mayor amenaza no es el ramo, aunque este uso no es recomendado ni
permitido, ahora es más urgente la escasez de hábitat”, explicó la doctora en
Biología, María José Sanín Pérez, profesora de investigación de la Facultad de
Ciencias y Biotecnología de la Universidad CES de Medellín.
Los
estudiosos explican que por la extracción del ramo, en ocasiones para la
celebración del Domingo de Ramos, se afecta el ciclo anual de crecimiento de la
especie.
Una
palma de cera podría alcanzar una altura de hasta 60 metros y tener una vida
prolongada de cerca de 200 años. No obstante, al cortarse el ramo que consta de
las dos hojas que forman el cogollo, se afecta su producción anual. Como se
trata de una especie en peligro de extinción, todas las causas de amenaza deben
ser atacadas.
“La
extracción del ramo es supremamente grave para las poblaciones de palma y la
pérdida de hábitat también. Tenemos que tomar conciencia y ser muy claros con
respecto a las actividades que debemos desempeñar en pro de la conservación de
las palmas porque todas están amenazadas”, añadió la investigadora Sanín Pérez,
de la Universidad CES en Medellín.
Añadió
que las especies más amenazadas por la extensión agrícola está la palma de cera
de la zona cafetera y la palma de cera deSasaima, Ceroxylon alpinum y Ceroxylon
sasaimae.
En
Antioquia, por ejemplo, hay algunas poblaciones de estas dos especies en
riesgo, en municipios como Jardín, en el suroeste, y en San Luis, en el
oriente, explicó la Universidad CES, a través de su investigadora
Aunque
no hay estimativos definitivos, un estudio reciente hecho por biólogos del
país, incluida la docente Sanín Pérez, determinó que en el escenario más
optimista, las palmas de cera de Quindío que viven en los potreros del Valle
del Cocora, en la región del Eje Cafetero, habrán desaparecido todas para 2090.