EL PAÍS PASÓ, EN UN
AÑO, DEL LUGAR 50 AL 54 EN LA CLASIFICACIÓN QUE MIDE A 61 ECONOMÍAS GLOBALES.
Colombia cayó cuatro
lugares en el ‘Informe mundial de talento (IMD) 2016’, en un periodo de un año,
al pasar del puesto 50 al 54 dentro del listado que mide la competitividad en
61 economías.
Esta clasificación se
centra en tres categorías principales: inversión y desarrollo, capacidad del
país para atraer y retener el talento, y preparación y crecimiento de la fuerza
laboral, de las que se desprenden otros factores materia de estudio, como
educación, aprendizaje, formación de los empleados, fuga de cerebros, costo de
vida, motivación de los trabajadores, calidad de vida, habilidades
lingüísticas, retribución y hasta tasas de impuestos.
En esos aspectos
evaluados, Colombia tuvo la mejor calificación en el índice que mide la
capacidad del país para atraer y retener el talento –entre otros temas relacionados–
(puesto 39 y 56 de puntaje), mientras que el de preparación y crecimiento de la
fuerza laboral fue el peor indicador, con la posición 54 y una puntuación de
39,2.
En inversión y
desarrollo obtuvo el lugar 53 y 37,1 en el puntaje. Los tres, sumados,
promediaron su ubicación final en el listado.
Así mismo, de acuerdo
con el Centro Mundial de Competitividad del IMD (autores de la investigación),
las 61 economías se clasificaron de la más a la menos competitiva, y también
revelan el cambio del escalafón del año anterior, más las puntuaciones que van
de 0 a 100.
En los resultados del
2016, el listado lo lidera Suiza, con la máxima calificación (100 por ciento),
seguida por Dinamarca, Bélgica, Suecia y Países Bajos, entre los primeros
cinco.
Mientras que por el
lado de América Latina, el mejor en esa clasificación es Chile, que ocupó el
puesto 47. Después aparecen Colombia en el 54, Argentina (55), México (56),
Perú (59) y Venezuela en la última posición (61), cayendo un lugar respecto al
año pasado y con una calificación de 38,2.
Frente a una posible
explicación de estos resultados del país, Geovanny Cujar, miembro de la junta
directiva de Acrip Bogotá y Cundinamarca, manifestó que no cree que haya una
razón específica para bajar cuatro puestos en esta clasificación.
“Considero que la
preocupación real debería centrarse en por qué Colombia está en niveles tan
bajos de competitividad en este grupo de 61 economías y puntualmente cuándo
podremos cambiar la tendencia y comenzar a crecer favorablemente en este tipo
de mediciones”, afirmó Cujar.
Agregó que esto se
debería hacer atendiendo las variables en las que los profesionales colombianos
están evidenciando mayores falencias, lo que, para él, sin duda requiere un
esfuerzo institucional que involucre a los centros de formación y al sector
productivo, en el sentido de identificar las competencias críticas, importantes
y deseables para tener una fuerza laboral más competitiva y talentosa que
apalanque el crecimiento del país.
Por su parte, Jairo
Pinilla, director de Performia Colombia, señaló que la economía nacional está
bajo la presión psicológica de una pronta recesión o desaceleración y, aunque
eso no sea verdad, la mayoría de empresarios, sobre todo en las empresas pymes,
tienen una reacción generalizada que tiende a economizar tanto en promoción (publicidad)
como en talento humano.Lo curioso es que estas son las dos áreas en que
deberían invertir más cuando hay dichos rumores.
Mientras que para Luis
Camacho, gerente de la sección legal de Hays, teniendo en cuenta que este
índice está enfocado en evaluar la capacidad de los países para desarrollar,
atraer y retener personal con habilidades que ayuden a desarrollar las
empresas, desde Hays –como compañía de reclutamiento especializada en media y
alta gerencia–, “vemos falencias en la demanda y oferta laboral especializada,
lo que hace que las compañías no encuentren a los profesionales que demandan en
el mercado”.
¿Somos menos competitivos?
En cuanto a la duda que
surge, con base en los resultados del informe, sobre si los colombianos están
dejando de ser competitivos, Geovanny Cujar dijo que no necesariamente es eso.
Añadió que, de hecho,
en la medida en que los trabajadores se integren a la aplicación de nuevas
tecnologías y al desarrollo de competencias más globalizadas, como pensamiento
estratégico, inclusión y diversidad, capacidad para trabajar en ambientes
multiculturales, entre otras, podrán ser más competitivos y desarrollar con más
éxito sus carreras profesionales dentro y fuera del país.
Algo similar cree Luis
Camacho, quien aseguró que desde la experiencia de Hays, siendo una compañía
con presencia en 33 países, creen que el profesional colombiano no ha perdido
competitividad frente al mercado global.
“Si bien hay grandes
retos por delante, como formar profesionales bilingües y trilingües para suplir
un mercado más global, también es importante resaltar que las compañías tienen
poca capacidad para retener los grandes talentos en el mercado nacional”,
añadió Camacho.
Sin embargo, otra cosa
piensa Jairo Pinilla, puesto que sostiene que el empresario colombiano todavía
no ha comprendido del todo el valor del conocimiento, ni que un empleado no
entrenado es mucho más costoso que el entrenamiento que necesita para ser
productivo.
“El mismo empresario
tiene demasiada confianza en la educación formal, y esta última muy a menudo
deja mucho que desear: ¡el título no es sinónimo de productividad! Necesitamos
más entrenamiento práctico y funcional dentro de las mismas empresas. Al fin y al
cabo, en la mayoría de cargos, la gente aprende a hacer el 80 por ciento de lo
que hace en la misma empresa”, afirmó el director de la firma Performia
Colombia.
Para los expertos, lo
que sí hace falta, y es una tarea de todos, es tener una fuerza laboral de
clase mundial y competitiva frente a otros mercados, puesto que temas como el
bilingüismo, la brecha tecnológica y la falta de investigación son, entre
otros, los que siempre van a exigir una mayor atención, compromiso e inversión
por parte del Estado y del sector productivo del país.
ALEJANDRO RAMÍREZ PEÑA
Redacción Economía y
Negocios de el tiempo.