Por José Obdulio
Gaviria
TOMADO DE FUNDACION CENTRO DEMOCRÀTICO PRIMERO COLOMBIA
Juan Carlos Pinzón, Ministro de Defensa, informó al
Presidente Uribe que el Secretariado de las FARC ha ordenado su asesinato (de
Uribe).
Hasta ahí, normal. Es de la naturaleza de toda organización
terrorista planear asesinatos. Y es también natural que sea el jefe de la
oposición la presa más apetecible (“objetivo militar” dirán los eufemistas) de
los terroristas.
Y, claro, también es lógico que el Ministro de Defensa (en
una república democrática) esté preocupado y se solidarice con el Expresidente
amenazado. Que tome medidas preventivas (represivas no puede, por que está en
marcha un proceso de paz), es lo menos que se podía esperar de él.
El régimen, pués, recomendó al jefe de la oposición no
moverse mucho, no “exponerse” por ahí haciendo marchas, recorridos por
carreteras y manifestaciones públicas en coliseos, calles y plazas. Consejo
prudente, también.
Lo que no cabe en mi mollera es esto: 1) el jefe del
Secretariado de las FARC ha anunciado que a las Farc les parece muy bien que
Santos se reelija y, 2) Santos ha tildado a Uribe de “mano negra”, “buitre” y
“guerrerista”. Es decir, Uribe ha sido declarado enemigo por Santos y por las
Farc.
Por otra parte, una carátula de la revista Semana celebró,
entusiasta, que se hubiera alcanzado un principio de acuerdo entre Santos y el
Secretariado. ¿En qué materia? Casualmente, en el tema de la “participación
política”.
Santos y las Farc están participando en política. Lo hacen
muy tranquilos, acompañados por un cubrimiento de medios que envidiarían
Madonna y Shakira. Y, Uribe, que también quiere participar en política y hasta
está inscrito como candidato al Senado, ¿puede? ¡Ah…, eso sí no! El Secretariado,
al mismo tiempo que firma acuerdos con Santos para participar en política,
ordenó a la “Teófilo” que garanticen que el jefe de la oposición no participará
en política. ¿Mediante qué expediente? El más drástico y eficaz: ¡amenazándolo
de muerte!
Y el Ministro de Defensa de Santos, ese Presidente que
comparte carátula en revista Semana con Timochenko, previno a Uribe de los
peligros a los que está sometido por obra de Timochenko y su Secretariado.
Vaya, vaya. A cualquiera, al menos mal pensado, se le vienen a la cabeza de
inmediato el “cui prodest”, el ¿a quién beneficia?, una pregunta que
recomendaban hacer los romanos cuando se investigaba un crimen. A nosotros, que
nos la hemos hecho, nos ha surgido una muy incómoda evidencia, a la que casi
nadie quiere referirse pero a la que yo sí me referiré: amenazar de muerte a
Uribe para que se retire del activismo político, conviene tanto a Santos como a
las Farc.
Por eso, tan envenenada puede ser la amenaza que hacen las
Farc -si es que de veras la hacen-; como interesada puede ser la prevención que
mandó a hacer Santos, a través de su Ministro, sobre el peligro que corre
Uribe. O, ¿alguien duda que a ambos, a Santos y a las Farc, les interesa que
Uribe no recorra el país; o que las gentes que quisieran acompañarlo en sus
giras se retiren por físico miedo a un atentado?
Una semana después del anuncio oficial sobre el
descubrimiento del plan asesino, las cosas no podrían estar más enredadas. Ya
nadie sabe qué creer. Veamos:
El propio Presidente Santos, según su Ministro, fue quien le
dio la orden de prevenir al Expresidente y que le reforzara los dispositivos de
seguridad.
En clara maniobra distractiva, el gobierno incluyo como
segundo “objetivo militar de las Farc”, unas horas después, al Fiscal General.
Eso dio ocasión para que el Expresidente Samper, aliado de
Santos, protestara ante las Farc por amenazar al fiscal “que ha sido solidario
con la paz”. Respecto al atentado contra Uribe, Samper dijo entender “el
interés de las Farc de hacerle daño”.
Días después y seguramente luego de que se preparan versiones
conjuntas Santos – Timochenko sobre el atentado, el primero dijo que no, que
eso eran informaciones viejas, que cero preocupación. Incluso Santos ordenó
bajar la guardia y disminuir las medidas de protección a Uribe.
No obstante, y para acabar de enredar lo que ya está bien
enredado, el gobierno dejó saber que en el mismo computador en donde
encontraron las amenazas contra Uribe, encontraron también las evidencias de
que la “Teofilo” fue la que hizo el atentado contra Fernando Londoño. Es decir,
reconocieron indirectamente que las conversaciones Santos-Farc comenzaron con
un atentado contra un jefe opositor a Santos y a las Farc y conmemoraron el
primer aniversario con la preparación de otro atentado, esta vez contra Uribe,
mientras que Santos niega la autoría y se deshace en elogios y salamerías con
sus nuevos mejores amigos de La Habana.