Desde hace muchos años, uno de los
territorios más verdes y llenos de biodiversidad, el departamento del Guaviare,
se ha convertido en “presa fácil” para la nefasta mano del hombre.
Al ser una zona
prácticamente alejada de la civilización, en donde solo se escuchan los cantos
de los pájaros, el golpe del viento contra los árboles y los caudalosos ríos, y
ante las expectativas de que era un territorio fértil y que debía ser aprovechado,
desde el siglo XV el Guaviare fue líder por la explotación de caucho.
Luego, sus más de 5,5
millones de hectáreas quedaron a la deriva de la ganadería y los cultivos
ilícitos, factores que han desencadenado procesos de degradación y destrucción
de sus bosques.
Ante este panorama, el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi se dio a la tarea de estudiar los suelos
del Guaviare, con el propósito de conocer qué tipo de tierras alberga y cuál es
la vocación de sus suelos; en pocas palabras, establecer si tiene cabida el
desarrollo agropecuario o si por lo contrario, debe conservarse por su
importancia ecosistémica.
Culminado el Estudio
General de Suelos y Zonificación de Tierras del Guaviare, el IGAC llegó a la
conclusión de que el verde debe predominar, pero que también cuenta con ciertas
zonas aptas para cultivos, ganadería y desarrollos agroforestales.
Según el estudio, el
63,2 por ciento del Guaviare (3,5 millones de hectáreas) tendría que estar bajo
la categoría de conservación y protección ambiental, es decir que no se debería
hacer uso de sus recursos naturales por su importancia ecológica y porque sus
bosques de galería, selvas húmedas, serranías y sabanas, son el hogar de un
sinfín de fauna y flora silvestre.
Dentro de esta gran
marcha verde que se debe conservar a como dé lugar, 2,4 millones de hectáreas
están a la deriva de los depredadores, ya que a pesar de ser áreas prioritarias
para la conservación, no están cobijadas bajo la ley para su protección. Los
que sí están blindados son los parques nacionales naturales Serranía de
Chiribiquete, la Reserva Nacional Natural Nukak y la Sierra de la Macarena; y
las reservas forestales nacionales de las serranías La Lindosa, El Capricho,
Mirolindo y Cerritos, y de los caños La Esperanza y Agua Bonita.
Este viernes 4 de
marzo, en San José del Guaviare, el Director General del IGAC, Juan Antonio
Nieto Escalante, en compañía del Subdirector de Agrología Germán Darío Álvarez,
harán la entrega oficial del Estudio General de Suelos y Zonificación de
Tierras del Guaviare a las autoridades del departamento; la cita será en el
auditorio del Centro Cultural, a partir de las 8 de la mañana.
“Guaviare es un
territorio susceptible al deterioro por la intervención del hombre. Una de las
principales evidencias de esto son las prolongadas épocas de sequía por la
desaparición del bosque, el cual protege a los innumerables pozos tanto del
ganado como del clima; este fenómeno no
se ve en terrenos que aún conservan su bosque protector. Por esta y más
razones, es indispensable que en la planificación y desarrollo regional y local
se haga uso de este tipo de estudios de suelo, lo cual garantizará la seguridad
alimentaria y ambiental del país”, dijo Nieto Escalante.
Lo que se puede tocar
El área que podría ser
intervenida para actividades agropecuarias, sin afectar los recursos naturales
en el Guaviare, abarca el 7,62 por ciento del departamento, es decir 423.894
hectáreas.
De este total, el 0,28
por ciento pertenece a tierras cultivables, donde se podrían implementar
parcelas para maíz, soya, yuca, plátano, piña, arazá, copoazul, maraco y
guayaba de mono.
En el 5,9 por ciento
del departamento tiene cabida la producción agroforestal, que consiste en una
mezcla de actividades agrícolas, forestales y silvopastoriles, como árboles
típicos del bosque (acacias, eucaliptos, pino, caoba y caracolí) con cultivos
de cacao, chontaduro y marañón.
Solo el 1 por ciento
del Guaviare (50.153 hectáreas) es apto para el desarrollo silvopastoril, un
combinación entre árboles y pastos para el ganado; el IGAC recomienda mezclar
especies arbóreas como cedro, caoba y abarco, con pastos mulatos y brachiarias.
El 29,1 por ciento
restante del departamento es territorio ajeno, ya que corresponde a terrenos de
reglamentación especial (1,6 millones de hectáreas) donde habitan 27 resguardos
indígenas.
“A pesar de ser un
territorio verde, la realidad del Guaviare es otra. Para nadie es un secreto
que a través de los años, este departamento ha sido afectado por la tala
indiscriminada de los bosques, por los hatos ganaderos y la destrucción de la
cobertura vegetal. Con esta investigación, los planificadores y ordenadores
podrán evaluar los duros efectos de la intervención del hombre, y tomar
decisiones de fondo que eviten que esta zona del país se siga desangrando”,
apuntó Juan Antonio Nieto Escalante, Director General del IGAC.
Además, Nieto Escalante
manifestó que esta publicación será de gran ayuda para que los funcionarios de
las entidades encargadas del ordenamiento territorial y de la planificación del
desarrollo regional, “generen acciones que disminuyan la alta vulnerabilidad
con la cuenta en Guaviare a padecer de pérdida de biodiversidad, disminución de
la productividad de sus suelos y la degradación de su entorno”.
Generalidades del
Guaviare
Guaviare está situado
en el oriente de Colombia, en la zona de transición de la Amazonia y la
Orinoquia. Sus más de 5,5 millones de hectáreas, que corresponden al 4,7 por
ciento del país, lo convierten en el séptimo departamento más grande del
territorio.
Debido a su carencia de
redes de transporte terrestre y aéreo, los ríos Guaviare, Inírida y Vaupés son
navegables.
Basa su economía en la
ganadería, que se concentra en el corredor San José-Calamar, y en cultivos en
los diques del río Guaviare, cuerpo de agua que también se ve afectado por la
extracción de gravillas.
Guaviare cuenta con
siete tipos de paisaje: planicie aluvial, valle aluvial, altillanura, lomerío
estructural, lomerío erosional, macizo y peniplanicie.
Según la clasificación
de tierras realizadas por el IGAC, Guaviare cuenta con cinco clases
agrológicas, que van desde tierras aptas para cultivos y ganadería, para
cultivos mezclados con frutales, suelos para desarrollo agroforestal y
forestal, cultivos y terrenos sin aptitud agropecuaria.
Solo cuenta con cuatro
municipios: San José del Guaviare (capital), Calamar, El Retorno y Miraflores.
Está ubicado en dos
cuencas hidrográficas (la del río Orinoco y la del río Amazonas).