El Espectador revela
todos los detalles del último escándalo que sacude a las altas cortes por
presunta corrupción.
D Juan David Laverde Palma
La denuncia de un
supuesto soborno por $500 millones que salpica al presidente de la Corte
Constitucional Jorge Pretelt, parece ser la cúspide de los escándalos
judiciales que en los últimos años han golpeado a las altas cortes. Se trata,
ni más ni menos, que de una acusación de la más honda gravedad según la cual
Pretelt habría pedido $500 millones para favorecer a la empresa Fidupetrol en
el trámite de una tutela en la Corte. Aún más grave: el denunciante es su
colega, el magistrado Mauricio González Cuervo. En la tarde de este viernes,
González radicó en la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes una
solicitud de investigación para aclarar este espinoso asunto.
El Espectador conoció
todos los detalles que dieron origen a este enfrentamiento entre pesos pesados
del alto tribunal. Todo comenzó el pasado 3 de febrero. Ese día, el magistrado
Luis Ernesto Vargas le contó a González que el abogado de Fidupetrol Víctor
Pacheco lo había buscado para denunciarle algo muy delicado. Según Pacheco,
Jorge Pretelt lo abordó el año pasado en el club El Nogal y le pidió que se
encontraran ese mismo día, más tarde, en su apartamento. Una vez allí, Pretelt
le habría dicho que sabía que a la Corte había llegado una tutela de Fidupetrol
y que se trataba de un pleito millonario.
De acuerdo con Pacheco,
Pretelt le dijo que esa tutela había llegado al despacho del magistrado
Mauricio González, que él era su amigo y que podía intervenir para favorecer a
Fidupetrol. Para lograrlo, le habría pedido $500 millones, dinero que
supuestamente le entregaría a González. Según la versión que conoció El
Espectador, Pacheco le dijo a Pretelt que no le creía, a lo que presuntamente
respondió el hoy presidente de la Corte: “Es que Mauricio, con el único que
habla de esos temas, es conmigo”. El magistrado Vargas enteró a González de
todos los pormenores de la acusación de Pacheco.
La tutela que hoy
genera esta oleada de acusaciones entre magistrados pretendía tumbar un fallo
de la Corte Suprema de Justicia que condenó a Fidupetrol a pagar más de $22.500
millones. La Corte Suprema determinó que Fidupetrol era responsable
patrimonialmente del descalabro que sufrió la Gobernación de Casanare tras los
incumplimientos en un contrato firmado con la Unión Temporal Carbones Likuen.
Incluso, el exgobernador Whitman Porras fue condenado por estos hechos.
Fidupetrol instauró una tutela con el fin de revertir la sentencia de la Corte
Suprema y en ese contexto es que llegó al despacho del magistrado González.
Muy consternado por lo
que le contó Vargas, Mauricio González llamó ese 3 de febrero al abogado Víctor
Pacheco. Este le reiteró todos los detalles de su escandalosa denuncia. Al día
siguiente, la Sala Plena de la Corte Constitucional debía elegir a su nuevo
presidente. Resultó elegido Jorge Pretelt con cinco votos a favor y cuatro
votos en blanco, en un hecho inédito. Los magistrados Jorge Iván Palacio,
Gabriel Mendoza, Luis Ernesto Vargas y Mauricio González se apartaron de la
mayoría porque sabían de los graves señalamientos del abogado Pacheco. De
hecho, González, antes de entrar a esa sala, le notificó a Pretelt que no
votaría por él por este episodio.
Dos días después
Mauricio González viajó a Cartagena para entrevistarse personalmente con el
abogado Víctor Pacheco. Frente a frente, en una cafetería, Pacheco volvió a
relatarle cómo fue su encuentro con Pretelt y cómo fue que el magistrado,
supuestamente, le pidió $500 millones. González se molestó mucho y dijo en ese
encuentro: “Esto es inaceptable”. Entonces, le dijo a Pacheco que ante la
gravedad de los hechos iba a denunciar el caso a la Comisión de Acusación. Pero
que antes quería saber si él (Pacheco) estaba dispuesto a sostener esa denuncia
delante de Jorge Pretelt. Pacheco le contestó que sí.
Finalmente, ese careo
no se dio y durante la última semana González reflexionó sobre cómo debía
enfrentar este asunto. En un mensaje le dejó constancia a Pretelt de que esto
debía resolverse ante el Congreso y se mostró sumamente incómodo porque su
nombre estuviera circulando en un supuesto soborno para favorecer a Fidupetrol.
La respuesta de Pretelt, también en un mensaje, fue que jamás se atrevería a
una cosa semejante, aunque sí le reconoció que conocía al abogado Pacheco, a
quien según su versión no veía hacía más de ocho meses. Lo curioso es que la
tutela de Fidupetrol fue fallada el 16 de octubre de 2014 por la Sala Plena de
la Corte. Todos los magistrados, incluido Pretelt, negaron las pretensiones de
la fiduciaria.
No obstante, la
denuncia que le hizo conocer Pacheco a González derivó en la solicitud de
investigación contra Pretelt que hoy reposa en la Comisión de Acusación. El
Espectador conoció una versión según la cual Pretelt le dijo a González, pocos
minutos antes que se formalizara la denuncia, que primero hablaran. Eso no
ocurrió. Este diario contactó al abogado Pacheco, quien se abstuvo de dar
detalles y manifestó que cuando sea requerido por la justicia contará todo lo
que sabe.
Pretelt envió un
documento al Congreso en el que aseguró que no participó en la selección de esa
tutela de Fidupetrol, que votó en contra de las pretensiones de esa firma, y
que jamás le hizo comentario alguno al magistrado González para que fallara de
cierta forma. Por eso, pidió a la Comisión de Acusación que abriera una
investigación de inmediato para aclarar este asunto. En diálogo con El
Espectador, el magistrado Jorge Pretelt reiteró que nunca tuvo incidencia
alguna con esa tutela, que el magistrado González puede certificar que tampoco
le mencionó ese pleito y que es absurda esta denuncia. “Conozco al señor
Pacheco, ha venido dos veces a mi casa a reuniones sociales. Pero cuando me
enteré de que era el abogado de Fidupetrol, me aparté y en varias ocasiones le
dije que esa tutela era improcedente. Ahora me estoy informando por El
Espectador que el señor Pacheco estuvo el día antes de mi elección como
presidente en la Corte diciendo estas cosas. Eso dice mucho de cuánto daño me
quería hacer. Le repito, no hubo ninguna insinuación mía al magistrado
González. Que investiguen”, sostuvo.
La realidad es que hoy
González y Pretelt se enfrentan en un escenario inédito de acusaciones muy
graves, que vuelven a enlodar a la justicia.