Los dos casos de
suicidio de vigilantes registrados en menos de 15 días en Bogotá llevaron a
este gremio a pedirle formalmente a la Superintendencia de Vigilancia ejercer
más control a las empresas que realizan exámenes de ingreso a los guardas que
se postulan a las diferentes empresas.
En la petición formal
se formula incluso ampliar el tiempo de entrega de exámenes para la
contratación o incluir a las IPS para que los realice.
Según los reportes y
resultados de los exámenes que se les realizaron a las dos personas que se
quitaron la vida estaban en perfecto estado y aptos para laborar; uno con una
empresa de seguridad en el centro de la capital y otro en la sede de la
Cancillería. Igualmente, se estableció que uno de ellos quiso matar a su pareja
sentimental.
“¿Para qué sirven estos exámenes que están
haciendo los centros?”, se cuestionó el representante del gremio, José Saavedra.
En este tipo de casos aseguró que nadie les “alertó” para sacar a los
vigilantes “de la nómina, y es por eso que la Superintendencia debe tomar
control de esto”.
Dichos casos, sumado al
del vigilante del edificio donde fue asesinada la niña Yuliana Samboní en
diciembre de 2016, prendieron las alarmas de esta agremiación que busca que se
auditen no solo los exámenes sino además los establecimientos que ofrecen los
servicios.