La extorsión carcelaria
es el delito a través del cual algunos presos extorsionan a ciudadanos que se
encuentran en libertad. Por medio de directorios telefónicos, redes sociales,
bases de datos o informaciones puntuales de personas ''con dinero que son
entregados por parientes o cómplices que están libres'', los extorsionistas
eligen a las víctimas. Incluso, en muchos casos, son ellos mismos quienes hacen
la llamada extorsiva desde la prisión.
La modalidad más
frecuente es en la que llaman a la víctima y le hacen creer que un familiar
está en problemas. Esta modalidad es denominada ‘tío, tía’. En otra modalidad,
que se da más que todo en zonas rurales, los extorsionistas se hacen pasar por
grupos armados para intimidar a sus víctimas, casi siempre campesinos. Las
autoridades recomiendan a los ciudadanos nunca entregar los datos de la tarjeta
de crédito, pues esta también es una forma de extorsión y estafa.
El Gaula de la Policía
mantiene la ofensiva: en lo corrido del año 239 personas han sido capturadas
por extorsión carcelaria. 67 bandas han sido desarticuladas, en 31
allanamientos a cárceles, en los que además han sido decomisados 604 celulares,
778 Sim cards y 131 memorias USB.
Las 12 cárceles más
críticas en este delito ya están identificadas: Picaleña (Ibagué, Tolima), La
Modelo (Bogotá, D.C.), La Picota (Bogotá, D.C.), Cómbita (Cómbita, Boyacá),
Palogordo (Bucaramanga, Santander), Rodrigo de Bastidas (Santa Marta,
Magdalena), Villa Hermosa (Cali, Valle del Cauca), Doña Juana (La Dorada,
Caldas), Las Mercedes (Montería, Córdoba). La Vega (Sincelejo, Sucre), La
Ternera (Cartagena, Bolívar) y El Bosque (Barranquilla, Atlántico)
Según el general
Fernando Murillo, director del Gaula de la Policía, este año 20 guardianes del
Inpec han sido citados a declarar por posible corrupción, pues el ingreso de un
celular a una cárcel requiere de una acción o una omisión por parte de la
guardia.