El presidente Juan
Manuel Santos ordenó suspender la instalación del quinto ciclo de la mesa de
negociaciones con la guerrilla del ELN en Quito (Ecuador). Esto tras los
recientes ataques en Barranquilla, en el que resultaron muertos policías cinco
muertos y en el municipio de Santa Rosa, en el sur de Bolívar, en el que
murieron dos personas.
Frente a estos hechos,
el jefe de Estado señaló que su paciencia y la de todos los colombianos “tienen
sus límites, por lo tanto he tomado la decisión de suspender la instalación del
cinco ciclo de conversaciones que estaba prevista para los próximos días hasta
que no vea coherencia por parte del ELN entre sus palabras y sus acciones”.
En su concepto, el
Gobierno “ha sido generoso y ha demostrado su voluntad permanente de paz, una
paz que no puede ser vulnerada por la coyuntura política porque se trata de una
voluntad de paz fundamentada en principios, y es mi deber como jefe de Estado y
como colombiano proteger al pueblo colombiano”.
“Sin embargo, los
hechos son tozudos y el comportamiento del ELN me obliga asumir con esta
organización lo siguiente: se combate el terrorismo con toda contundencia como
si no hubiese negociación de paz, y se negocia como si no hubiese terrorismo”,
aseguró Santos desde el municipio de La Palma (Cundinamarca).
El jefe de Estado
aseguró que para adelantar las negociaciones de paz se necesita un “mínimo de
coherencia”, lo que no ha demostrado este grupo armado ilegal. “Le he reiterado
a la Fuerza Pública que deberá seguir cumpliendo con sus deberes
constitucionales con la máxima determinación, el quinto ciclo de conversaciones
se instalará cuando el ELN haga compatible su conducta con la exigencia de paz
del pueblo colombiano y la comunidad internacional”.
El pasado 10 de enero
finalizó el cese el fuego bilateral firmado entre el Gobierno y el ELN. Desde
ese momento se intensificaron los ataques en contra de la población civil,
miembros de la Fuerza Pública e infraestructura petrolera en varias regiones
del país.