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martes, 25 de julio de 2017

POR UN TRADUCTOR, FISCALÍA NO HA LOGRADO IMPUTARLE CARGOS A CÚPULA DE REFICAR


Durante la mañana de este martes, el ente investigativo ha intentado imputarles cargos a siete directivos de Reficar. No obstante, el juez ha tenido que suspender la audiencia en reiteradas ocasiones por un único motivo: el traductor. La audiencia ya se adelanta con un nuevo intérprete. 
El ingeniero Pedro Alfonso Rosales llegando a Paloquemao con su abogado, el expresidente de la Corte Suprema, Jorge Aníbal Gómez.Cristian Garavito
En todo un embrollo se convirtió la audiencia de imputación de cargos de siete de los supuestos responsables por los sobrecostos de la Refinería de Cartagena (Reficar). Con una hora y cuatro minutos de retraso, el juez 16 de control de Garantías inició esta mañana la audiencia con la tradicional presentación de todas la partes intervinientes: Fiscalía, Procuraduría, representante de víctimas (Ecopetrol y la refinería), investigados y, además, el traductor Pedro Claver, encargado de traducir la audiencia a Massoud Deidehban y Philip Kent Asherman, dos de los procesados y quienes asisten a la audiencia por medio de videoconferencia desde el consulado de Washington, en Estados Unidos.
Sin embargo Claver, desde el principio, empezó a ser el centro de la atención. Paula Cadavid, defensora de Massoud Deidehban, manifestó que le preocupaba la decisión del juez de hacer un resumen de la imputación de cargos a su defendido a través del traductor, así como de la imputación a Orlando José Cabrales, Reyes Reynoso Yánez, Philip Kent Asherman, Arturo Laverde Concha, Pedro Alfonso Rosales y Carlos Alberto Lloreda porque, en su criterio, consideraba que los estadounidenses tenían derecho a conocer “palabra por palabra” lo que decía el fiscal Juan Andrés Rondón.
Escuchados los argumentos, el funcionario judicial le notificó a Cadavid que, atendiendo a su petición, accedería a traducir lo descrito por la Fiscalía “palabra por palabra”. Resuelto ese primer obstáculo, el fiscal Rondón inició la imputación de una manera pausada, mientras el traductor, procesando la información, le comunicaba a Deidehban y Asherman por qué ellos y los directivos de Reficar estaban ante un fiscal que les narraba desde la Sala 219 del Complejo Judicial de Paloquemao su supuesta responsabilidad por los sobrecostos de la refinería, avaluados en más de $610 mil millones. Al ver que la audiencia se interrumpía reiteradamente, el juez decidió suspenderla a las 10:08 a.m. y por un término de 20 minutos, con el fin de que la Judicatura encontrara posibles soluciones de una traducción más eficaz. La diligencia se reanudó 56 minutos después.
El asunto, sin embargo, no mejoró. El juez 16 de Garantías decidió continuar con la imputación de cargos, no sin antes notificarles a los asistentes y demás presentes que, mientras se encontraba una solución, continuarían con la audiencia. Asimismo, le pidió a la abogada Paula Cadavid – también presente en Washington – que si encontraba errores en la traducción de la información de la Fiscalía, la comunicara inmediatamente. De esta forma, el fiscal continuó con la imputación de cargos seguida de la traducción de Pedro Claver. Por un estrecho de media hora, la Fiscalía narró el “contexto general de los hechos que rodean la investigación donde se enmarcan cada una de las personas (señaladas por estos hechos)”.
Nuevamente, la audiencia se vio interrumpida por Cadavid quién, esta vez, explicó que Massoud Deidehban y Philip Kent Asherman tenían cierta preocupación porque no lograban entender varios de los hechos narrados por la Fiscalía, debido a la traducción de Claver. Frente a la audiencia, la abogada le corrigió algunas palabras al traductor que consideraba mal pronunciadas, tesis que fue apoyada por Juan Carlos Frías, defensor del norteamericano Asherman. Esto motivó a que el juez le preguntara al Claver: "¿Está facultado para traducir lo que dice la Fiscalía?" Claver, por su parte, contestó: "Sí, su señoría".
Entonces Henry Francisco Bustos, delegado de la Procuraduría, preguntó por medio del juez si Deidehban y Asherman comprendían lo que el traductor les indicaba. Ambos, por su parte, contestaron que no del todo. El abogado Juan Carlos Frías manifestó despectivamente: “El traductor no conoce los términos, tiene un inglés muy bueno para trabajar en un almacén de mercado pero no tiene conocimientos de abogado para dar una traducción exacta, (lo) que está dificultando la traducción de los hechos”.  Esta situación provocó a que el juez suspendiera, sobre las 12:42 p.m., la audiencia para que se encontrara alguna nueva fórmula, entre ellas, un nuevo traductor, “sin descalificar al traductor (Pedro Claver)”.
Sobre las 2:00 p.m., una de las funcionarias del Paloquemao le notificó a la abogada Paula Cadavid que un nuevo traductor llegaría en una hora. Carlos Leonardo Lozada, graduado de la facultad de Ciencias Humanadas de las Universidad Nacional, fue presentado por el juez sobre las 2:45 p.m. para hacer un nuevo intento por imputarles los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, peculado por apropiación, enriquecimiento ilícito y falsedad en documentos a los supuestos responsables que, para la Fiscalía, tienen que ver con uno de los desfalcos más grandes que ha sufrido el país en los últimos años. 
         

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