Hasta la llegada de la cooperativa, no había ninguna entidad financiera al servicio de los habitantes de este histórico municipio golpeado por el conflicto armado.
Situado en el
piedemonte llanero, en la cordillera del Sumapáz, el municipio de Uribe (Meta)
fue durante décadas clave para las Farc. Su ubicación fue fundamental cuando la
guerrilla, en los años noventa, llegó a varios municipios de Cundinamarca con
la intención de alcanzar a Bogotá.
Fue en la zona rural de
ese municipio en donde estaba ubicado Casa Verde, el famoso campamento que fue
la sede del Estado Mayor y del Secretariado General de las Farc, hasta 1990
cuando el Ejército - durante el primer año de gobierno de César Gaviria-
desplegó sus fuerzas en la denominada Operación Colombia y ocupó la zona.
Por esa historia, por
la dificultad de llegar al municipio y por el abandono estatal -causa y
consecuencia del conflicto-, durante mucho tiempo Uribe fue el único municipio
de Colombia sin una entidad financiera en su territorio. Para que los
habitantes pudieran llegar a un banco tenían que viajar hasta casi cuatro horas
a algún municipio aledaño, como Mesetas o Macarena.
Una verdadera travesía
a la que no deberán someterse de nuevo pues el pasado 21 de junio Congente, una
cooperativa fundada el 30 de abril de 1964, abrió su primera oficina en el
municipio.
Antes de Congente había
bancos, como Bancolombia o el Banco Agrario, que hacían presencia en el
municipio, pero mediante asesores móviles a los que no siempre podían acceder
los habitantes debido a la dispersión de
la zona rural, las dificultades en las vías de acceso y la falta de conexión a
internet.
Durante el primer mes
de trabajo de Congente, que para abrir su sede contó con el apoyo de la Agencia
para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), más de 50 personas
se afiliaron y se hicieron cuatro microcréditos que, en total, sumaron $19
millones. Entre enero y junio, antes de que llegara Congente, según la Banca de
las Oportunidades, solo se había hecho un préstamo de esta naturaleza en el
municipio.
Este miércoles se hizo
el evento de lanzamiento de la cooperativa, en el que estuvieron Vicente Pabón
(gerente de la Cooperativa), Nathaniel Bills (representante de USAID), Héctor
Raúl Ortiz (superintendente de la Economía Solidaria), Juliana Álvarez
(directora de la Banca de las Oportunidades), Maria Clara Hoyos (presidenta de
Asomicrofinanzas), entre otros.
Vicente Pabón Monroy,
gerente de la cooperativa, dijo que “este modelo ayudará a que Colombia se
proyecte de otra manera ante el mundo, en los temas de paz y de agricultura”.
Más adelante, Pabón explicó a El Espectador que la intención de la cooperativa
es “colaborar lo que más podamos frente a las pequeñas asociaciones”.
Sobre las dificultades
que podría tener para la cooperativa, el gerente de Congente también explicó
que esa no es una preocupación. No solo por la solidez económica de la
organización (activos de $100 mil millones, patrimonio de $30 mil millones,
cartera de $82 mil millones, ahorros cercanos a los $50 mil millones, aportes
sociales $15 mil millones y capital institucional de $11 mil millones), sino,
por el papel que ha tenido en los Llanos Orientales.
La cooperativa fue
fundada en 1964 por veinte trabajadores de la Secretaría de Obras Públicas de
la Gobernación del Meta con 310 pesos, cuenta Pabón, quien en esa época tenía
14 años y alcanzó a conocer a todos los fundadores. Entre ese año y 1990, la
cooperativa solo era para funcionarios públicos y tuvo alrededor de 1800
afiliados. Pero, luego de la asamblea de 1990, le abrieron las puertas a quien
quisiera. Así, en 27 años, sumó más de 48 mil afiliados.
Pero lo que busca
Congente va más allá de las cifras, que no son despreciables. La idea de llegar
a Uribe, es tener un impacto social e impulsar a las asociaciones de los
campesinos. Una de esas es la Asociación de Cafeteros de Uribe, Meta
(Asocafeurmet), dirigida por Flaminio Castillos.
Castillos, que estuvo
en el acto de lanzamiento de la cooperativa exponiendo sus productos, cuenta
que desde 2011 se han unido más de 100 familias, llegando a tener 350 hectáreas
de café, que producen más de 120 mil kilos. Cuenta que optaron por estas
plantaciones, porque “café es el único producto que paga los fletes, como lo
hacía la coca, porque las vías son tremendamente malas”. Además, dice que su
trabajo ha sido facilitado gracias al acuerdo de paz con las Farc. “Por fin
sabemos qué es dormir tranquilo. Hasta nos extrañamos cuando escuchamos que la
gente dice que el Gobierno entregó el país a las Farc, para nosotros es lo
contrario”.
Y si Congente tiene
posibilidad de acompañar este tipo de iniciativas es también, en buena parte,
gracias a su fundación social. Pero no es solo con asociaciones campesinas que
trabajan, también lo hacen con integrantes de las Farc, pensando sobre todo en lo dicho por Pabón
respecto a que con las cooperativas
Colombia cambiará su proyección en el mundo. Así, en días pasados estuvieron en
la zona veredal Georgina Ortiz, en Vista Hermosa, para asesorar a varios exguerrilleros
en temas de cooperativismo (algo que tampoco es extraño para ellos, pues en
junio pasado se lanzó Ecomún).
Gabriel Parrados, el
capacitador que estuvo en la zona veredal, cuenta que los exguerrilleros
“tienen muchos conocimientos desde el punto de vista empírico. Entre ellos
priman los proyectos agrícolas y, como conocen mucho las regiones y conocen
muchos paisajes, las empresas de servicios turísticos. Están ávidos de
aportarle al país, deseosos de salir a la vida civil, están cansados de la
guerra. Están deseosos de salir a producir”.