Del Tiempo.
En el Catatumbo, donde en la última
década la extorsión fue un delito casi monopólico de las Farc, a los
agricultores y comerciantes les están llegando ‘cuentas de cobro’ del Frente
Nororiental del Eln. A los que han pagado les dan recibos y les dicen que si se
aparece alguien del frente 33 de las Farc a cobrar, muestren el papel y les
digan que ya hicieron ‘la contribución’.
Eso también está pasando en Anorí,
uno de los municipios con más tradición minera de Antioquia. Allá la gente dice
que los que cobran ‘vacuna’ son “gente nueva del Eln” y no los mismos de
siempre: los del frente 36 de las Farc. Lo extraño es que tienen toda la
información de las víctimas y su capacidad de pago, como si hubieran recibido
todo el plan de datos de los anteriores capos de la extorsión en esa tierra de
minería de oro.
El cambio en los grupos que hoy
manejan la extorsión en varias regiones es uno de los reacomodamientos que se
están dando en el país como consecuencia de la inminente desmovilización de las
Farc. Mientras todo el país mira con expectativa ese proceso, el Eln y las
bandas, especialmente el ‘clan Úsuga’, hace sus apuestas: en algunas zonas
están jugando conjuntamente y en otras se están enfrentando abiertamente.
Informes de Inteligencia conocidos por EL TIEMPO y alertas de autoridades locales y regionales advierten de seis regiones en donde eran fuertes las Farc y ahora hay manifestaciones de grupos armados que antes no hacían presencia. La plata de la extorsión, de la coca y de la minería ilegal son el botín de esta disputa.
Informes de Inteligencia conocidos por EL TIEMPO y alertas de autoridades locales y regionales advierten de seis regiones en donde eran fuertes las Farc y ahora hay manifestaciones de grupos armados que antes no hacían presencia. La plata de la extorsión, de la coca y de la minería ilegal son el botín de esta disputa.
Esas regiones son el Pacífico
nariñense (en especial, Tumaco); el Cauca, el nordeste antioqueño, Chocó, el
eje Meta-Guaviare y el Catatumbo.
En entrevista con emisoras del
Atlántico, el presidente Juan Manuel Santos, respondió a este tema y afirmó que
la Fuerza Pública "tiene un plan detallado" para atacar a los grupos
que "pretendan llenar los vacíos que dejan las Farc".
“Se trata de una batalla
por apropiarse del ‘combustible’ del crimen en Colombia”, dice el fiscal Néstor
Humberto Martínez en la carta en la que pide el regreso de la fumigación aérea,
en relación con los movimientos de otros grupos ilegales hacia antiguas zonas
de las Farc, “lo que ya empieza a evidenciarse”.
Los 16.000 militares y policías que
el Estado destinó a la seguridad de las zonas donde se concentrarán las Farc
para su desmovilización también tienen la misión de detectar las embestidas de
los otros grupos ilegales y conjurarlas, para que no se repita la historia de
las bandas criminales en zonas de desmovilización de los ‘paras’.
Pelea por la coca
La situación más crítica es la de
Nariño. Allá hay minería ilegal, pero, sobre todo, narcotráfico. Casi una de
cada tres hectáreas de coca está en ese departamento, la mayoría de ellas en
Tumaco.
En ese municipio, la temida columna
‘Daniel Aldana’ ha sido por años el gran poder del narcotráfico: sus jefes
manejan directamente cultivos y laboratorios y también cobran ‘gramaje’, el
impuesto a los narcos. (También: ¿Cuál es el país que quieren las Farc?)
La alcaldesa de Tumaco, María Emilsen
Angulo, alertó hace una semana por la supuesta presencia de un nuevo grupo
armado ilegal en antiguos feudos de la ‘Daniel Aldana’. En una carta enviada al
presidente Juan Manuel Santos pidió ayuda para frenar la violencia (van 80
asesinatos este año).
Como lo informó hace dos semanas este
diario, en la carretera que de Tumaco conduce a Barbacoas y al Pacífico han
aparecido banderas del Eln. Y hacia el norte, en municipios como Tablón de
Gómez (límites con Cauca) donde los sembrados ilegales no son de coca sino de
amapola, los narcos ya no le están pagando ‘gramaje’ al frente 29 de las Farc
sino a supuestos representantes de ‘los Úsuga’.
¿Qué dicen los
organismos de seguridad? La estrecha cercanía de la ‘Daniel Aldana’ con el
narcotráfico –sus jefes negociaban directamente con el cartel de Sinaloa–
representa una enorme duda sobre la respuesta de sus hombres y jefes, en
especial de la ‘comisión de finanzas’, a la orden del secretariado de
desmovilizarse y reintegrarse.
La Fiscalía maneja además
informaciones según las cuales uno de los grupos del Eln en la zona pasó de
unos 30 hombres a más de un centenar en las últimas semanas. Y hay movimiento
de los ‘elenos’ hacia el corregimiento de Llorente, de Tumaco, en donde las Farc
eran el poder ilegal y que es clave porque de allí se surten las ‘cocinas’ del
narcotráfico.
Las otras regiones
En Norte de Santander, donde la disputa es por el control sobre al menos 11.527 hectáreas de coca y las rutas de la cocaína hacia Venezuela, hay una clara estrategia de copamiento del Eln, que históricamente era el grupo armado ilegal predominante hasta la ofensiva paramilitar de finales de los 90.
En Norte de Santander, donde la disputa es por el control sobre al menos 11.527 hectáreas de coca y las rutas de la cocaína hacia Venezuela, hay una clara estrategia de copamiento del Eln, que históricamente era el grupo armado ilegal predominante hasta la ofensiva paramilitar de finales de los 90.
Allá los ‘elenos’ tienen siete
frentes y cuatro compañías, y su máximo jefe es un hombre conocido como
‘Alfred’. Desde hace años esa guerrilla tiene un pacto de no agresión con ‘los
Pelusos’ (la banda del abatido capo ‘Megateo’), y la salida de las Farc deja a
los dos grupos como los grandes jugadores del narcotráfico y la extorsión en la
zona de frontera con Venezuela.
Jorge Villamizar, defensor del Pueblo
del departamento, dice que las acciones violentas han aumentado en la región en
los últimos dos meses y que la extorsión está aumentando. Como en Arauca, la
gente tiene que pasar al otro lado de la frontera a pagar o a negociar el monto
de las ‘vacunas’. Villamizar dice que comunidades como las de La Gabarra
denuncian que “ya es una realidad la llegada de otros grupos”. (Además: Firma
de la paz con Farc será el 26 de septiembre en Cartagena)
En Cauca, además de las 8.860
hectáreas de coca que hay en el departamento, van a entrar en disputa los
cultivos de marihuana, que surten prácticamente todo el centro y el sur del
país y manejados en su totalidad por el frente sexto de las Farc. Es un negocio
millonario, pues el consumo de marihuana, especialmente de la llamada ‘punto
rojo’ y la creepy, es el más difundido en Colombia.
En medio de la negociación, las Farc
pasaron de controlar los cultivos y la venta a cobrar el impuesto a los narcos,
‘gramaje’.
Las autoridades dicen que el capo
ahora es un hombre conocido como el ‘Escorpión’, que tiene entrada en las
comunidades indígenas y además ha estado ligado a varios bloqueos de los grupos
de erradicadores manuales
En cuanto a los cultivos de coca, que
eran manejados por el frente 30 en el norte del departamento, a la zona están
llegando guerrilleros de la compañía ‘Milton Hernández Ortiz’, a órdenes de un
jefe conocido como ‘Lenin’.
Pero no solo está entrando el Eln. En
general, en todo el país se rompió una regla que las Farc impusieron a sangre y
fuego: que ellas eran las que compraban la pasta de coca y, además, a su precio
(unos 2,2 millones de pesos).
Desde hace meses hay una especie de
‘mercado abierto’ y los narcos están entrando libremente a las zonas de
producción. Los cocaleros, dicen las fuentes consultadas por este diario, han
tenido la oportunidad de vender al mejor postor (hasta 2,8 millones de pesos
por kilo), y esa sería una de las razones colaterales del boom de la siembra de
coca que asusta al país.