De Semana.com.
El jefe
guerrillero rechazó la orden de informar sobre los bienes de las FARC y acusó
al fiscal de vínculos con el paramilitarismo. La polémica podría afectar el
plebiscito.
Néstor Humberto
Martínez ha demostrado en casi todos los cargos que ha tenido en su vida que
tiene mano dura y que no le importa tomar riesgos. Pero quizá nunca había
asumido una posición tan decidida como en las últimas semanas. En sus primeros
días como fiscal general vivió una verdadera luna de miel. Algunos anuncios,
como el rechazar los principios de oportunidad de Interbolsa, lo hicieron
recibir aplausos. Sin embargo, ese baño de popularidad se acabó cuando el
jurista se mandó de frente con el tema más coyuntural del momento: el proceso
de paz.
Su primera
actuación generó polémica. En una carta al Consejo Nacional de Estupefacientes,
Martínez pidió reanudar las fumigaciones a los cultivos ilícitos. La propuesta
le pegó al corazón de uno de los puntos más importantes del Acuerdo de Paz y le
dio municiones al uribismo para atacar el proceso.
Pero quizás el
punto de quiebre de su papel frente a los diálogos se generó el martes pasado
cuando el fiscal general anunció que la justicia perseguirá a las FARC si
cometen delitos después de la firma del acuerdo. Martínez no dijo nada novedoso
en ese sentido, pues es claro que las amnistías sólo pueden cubrir la actividad
insurgente y no los hechos que se cometan después de la desmovilización.
Sin embargo, la
Fiscalía se metió con un tema adicional que sí tiene mucho peso y genera mucho
miedo: la plata de las FARC. Martínez advirtió que las FARC deben informar el
listado de los bienes adquiridos ilícitamente antes de que entre en vigencia el
acuerdo.
La guerrilla le
contestó casi inmediatamente. Aunque Jesús Santrich no se refirió puntualmente
al anuncio que hizo la Fiscalía sobre el poder económico que conserva la
guerrilla, se fue contra el fiscal y lo acusó de tener vínculos con el
paramilitarismo.
Santrich se fue
lanza en ristre y mezcló durísimas acusaciones con un tono informal tuteando a
Martínez. “Fiscal, ¿cuál es el plazo para que cuentes sobre empresas que
financiaron el paramilitarismo y tus vínculos con ellas?”, trinó en la
madrugada de este miércoles.
La frase de
Santrich seguramente polariza aún más el ambiente político ad portas del
plebiscito. El expresidente Álvaro Uribe, por ejemplo, aseguró que había que
votar No porque “si eso le contesta Santrich hoy al fiscal, cómo será cuando
esté en el poder”. Lo mismo aseguró la líder conservadora Marta Lucía Ramírez:
“Qué tal el mensaje y amenaza velada de Jesús Santrich al fiscal. Si así es con
él, ¿cómo serán con cualquier ciudadano?".
Como sucede en
todas las organizaciones, la posición de Santrich no necesariamente está en el
mismo tono que la de otros líderes de las FARC. El jefe guerrillero había
cometido un revés hace unos días cuando en una entrevista en el periódico
español El Mundo aseguró: “No me arrepiento de nada. Estoy absolutamente
convencido de lo que he hecho”. Días
después, en la firma del acuerdo, Timochenko pidió perdón a los colombianos por
“todo el dolor que hemos causado en esta guerra”.
La fortuna de
las FARC ha sido por décadas un espinoso tema. Un artículo de la revista The
Economist abrió hace unos meses una álgida controversia cuando publicó que ese
grupo guerrilleros podría tener una fortuna de 33 billones de pesos. Al final
la cifra resultó tan controversial, que le costó el puesto al funcionario del
Gobierno que la había calculado.
En ese momento,
Santos prometió que no habría contemplaciones en ese tema. “Si encontramos que
tienen plata -y yo creo que sí tienen plata, deben tener alguna escondida-,
pues si se la encontramos, se la incautamos", dijo después de un consejo
de seguridad en Antioquia.
Lo
cierto es, sin embargo, que aunque hay abundante evidencia de que las FARC
recibían dinero de la minería, de la extorsión y del narcotráfico, hasta ahora
nadie tiene una cifra exacta ni pruebas sobre dónde pueden tener oculto el
dinero o los bienes. La polémica está servida