"Sin duda el
otorgamiento de avales no puede reducirse a una actividad de pura mecánica
electoral", le dijo la senadora a Horacio Serpa en su carta de renuncia.
Elespectador
En las últimas horas la
congresista hizo llegar a su homólogo Horacio Serpa Uribe su misiva de renuncia
a la dirección del Partido.
Argumentó su dimisión
en que aunque junto a la senadora Sofía Gaviria Correa insistieron en la
necesidad de acoger criterios de selección para la entrega de avales tales como
las “calidades éticas, la trayectoria pública y privada, y los sondeos de
opinión”, eso no se cumplió.
“Fue imposible lograr
la aprobación de estos criterios mínimos y como resultado, muchos de los avales
que se están otorgando por el partido responden a otro tipo de razones que no
se avienen precisamente con el alto interés público. En algunos lugares se
privilegió únicamente la voluntad de los congresistas que prevalidos de los
resultados electorales del año pasado apabullan y desconocen a otros sectores
militantes en un ejercicio lamentable de cacicazgo político”, sostuvo.
"Carta de Viviane
Morales"
Bogotá, D.C., 1 de
julio de 2015
Doctor
Horacio Serpa Uribe
Director Partido
Liberal Colombiano
Ciudad
Doctor Serpa:
Al retirarse de su
cargo como director del Partido el doctor Simón Gaviria nombró a usted y al
doctor Fabio Amín como directores nacionales, acompañados de un grupo de
senadores y representantes en calidad de codirectores adjuntos, figura que por
lo demás no estaba contemplada en los estatutos vigentes en ese momento pero
que se pensó necesaria para dar una participación regional y de género en la
conducción del Partido.
Durante los meses que
siguieron a esa designación las reuniones de esa Dirección se dirigieron a
buscar la renovación de los cuerpos directivos territoriales a través de la
creación de Colegios Electorales en los cuales, muy a pesar de la posición
sostenida por algunos miembros de la codirección, se dio total preponderancia a
la participación parlamentaria.
La siguiente tarea de
cara a la contienda electoral por venir fue la relacionada con el otorgamiento
de avales, tarea que ha ocupado de manera prioritaria la agenda de la Dirección
en los últimos meses.
Sin duda el
otorgamiento de avales no puede reducirse a una actividad de pura mecánica
electoral pues es manifestación de la facultad y la grave responsabilidad que
tienen los partidos para promover y encauzar la participación de los ciudadanos
en la conformación del poder político; de allí, la necesidad de obrar con
criterios objetivos, transparentes y que permitan justificar con razones claras
ante la gente el por qué se escoge a un ciudadano para aspirar a representar
sus intereses, ya en las corporaciones o como alcaldes o gobernadores. Fue esta
la razón por la cual durante meses junto con la senadora Sofía Gaviria
insistiéramos en la necesidad de acoger criterios de selección tales como las
calidades éticas, la trayectoria pública y privada, los sondeos de opinión,
para que de una manera diáfana se escogieran los nombres que bajo la bandera
del partido salieran a buscar en el debate público el favor de las mayorías.
Fue imposible lograr la
aprobación de estos criterios mínimos y como resultado, muchos de los avales
que se están otorgando por el partido responden a otro tipo de razones que no
se avienen precisamente con el alto interés público. En algunos lugares se privilegió
únicamente la voluntad de los congresistas que prevalidos de los resultados
electorales del año pasado apabullan y desconocen a otros sectores militantes
en un ejercicio lamentable de cacicazgo político. No de otra manera se puede
entender por parte de la opinión pública la reiterada negación de un aval a
quien puntea en las encuestas pero que se enfrenta a la caprichosa oposición de
los congresistas de la región, o la entrega de avales a personas cuestionadas o
sin trayectoria alguna en lo público cuyo único título es la bendición del
respectivo parlamentario. No nos engañemos, estas prácticas irremediablemente
contribuirán a continuar con la tendencia decreciente en los resultados de las
próximas elecciones como ha venido sucediendo en las últimas décadas y en ello
tendrá que asumir su responsabilidad la actual Dirección Nacional.
Como disiento
radicalmente del ejercicio de la política de esta manera y creo que mi voz no
tiene ninguna posibilidad de ser atendida como lo demuestra mi participación infructuosa
a lo largo de varios meses en esa Codirección, de manera atenta me permito
presentar mi renuncia irrevocable a tal dignidad.