Javier Rojas,
representante de la Asociación de la Autoridades Tradicionales Shipia Wayuu de
la media y alta Guajira, pasó por El Radar para hablar de la grave crisis que
afronta el pueblo Wayuu por la falta de agua y alimentación, lo que afecta
principalmente a los niños, quienes mueren de desnutrición.
“No hay soluciones de
fondo por la corrupción que hay en el territorio. La corrupción es tan grande
que tiene cortado todo, inclusive nos robaron el único río que tenemos. No les
interesa, la visión que tenemos es que nos quieren exterminar en el territorio,
matando desde luego nuestros niños que son el futuro de nuestra comunidad. Las
regalías que llegan a nuestro departamento simplemente se las roban”, denunció.
“Nos quiere exterminar
la clase politiquera que hay allí, la multinacionales que tienen intereses en
explotar los grandes recursos en nuestro territorios, nos ven como un estorbo”,
agregó.
“La realidad de los
Wayuu es miserable, no tenemos servicios públicos, el tema del agua es muy
complicado y eso es lo que básicamente está matando a nuestra comunidad. El
suministro de alimentos es nulo también y a causa de esa situación hemos
perdido 14 mil niños en los últimos 15 años”, precisó.
Rojas manifestó que
antes de que llegara la multinacional Cerrejón al departamento tenían una vida
normal en el territorio, “no teníamos problemas por el tema del agua, antes
hacíamos una perforación de 5 a 8 metros y encontrábamos agua. Hoy día si vamos
a 40 metros no encontramos una gota de agua”.
Manifestó que no solo
Cerrejón es culpable del desabastecimiento y sequía, también el Estado por la
falta de atención. “Al no haber agua, no hay cultivo, las enfermedades aumentan
y los niños mueren”.
Reiteró que con el
“permiso del Gobierno, Cerrejón se robó el río Ranchería atrapándolo en un
embalse El Cercado, esa agua es usada para riego de cultivos de arroz de
grandes haciendas de los mafiosos que hay en La Guajira”.
Agregó que llevan 4
años denunciando toda esta problemática que han vivido, que han fallecido
líderes que iniciaron esa lucha porque a los “políticos y mafias no les
conviene que salgan a denunciar”.
Por último, precisó que
cada vez que hacen una denuncia reciben amenazas. “Somos objetos de amenazas y
persecución”.