DESCONOCIMIENTO DE AUTORIDAD
En estos hechos hasta
el hermano del director de la policía, coronel José Luis Palomino, resultó
involucrado.
D El espectador
En la columna titulada
La ropa verde se lava en casa, publicada en la revista Semana, el periodista
Daniel Coronell, denunció un nuevo caso de “usted no sabe quién soy yo”, que
involucra al asistente personal del director de la Policía, general Rodolfo
Palomino, y a su hermano, el coronel José Luis Palomino.
De acuerdo con la
denuncia, dos patrulleros detuvieron a un vehículo y acto seguido le pidieron
al conductor identificarse, en ese momento el capitán Jhonn Jorge Lasso Lara,
llegó al lugar en otro auto.
El uniformado quien se
encontraba bastante exaltado y en aparente estado de embriaguez se enfrentó a
los uniformados que esa noche cumplían con su deber. Según el relato citado en
la columna, el capitán Lasso dijo: “ustedes no saben quién soy yo, no saben con
quién se están metiendo (…) alegando ser un oficial activo de la Policía en el
grado de capitán de apellido Lazo (sic) y quien es el secretario privado de mi
general Z-1 (Palomino)”.
Tras el incidente, al
lugar acudieron varias unidades de policía, pero no en respaldo de los
patrulleros, sino en defensa de las personas que en ese momento estaban
desconociendo a la autoridad.
El coronel José Luis
Palomino, hermano del director, fue uno de los oficiales que en lugar de
respaldar a los agentes dejó que los involucrados en el hecho pudieran irse sin
ningún problema.
Al conocer la
publicación, el general Palomino confirmó que desde el día de los hechos separó
del cargo de asistente al capitán Lasso y al día siguiente la inspección de la
Policía abrió una investigación por su comportamiento. Asimismo, envió un
mensaje a la opinión pública en el rechaza el comportamiento del uniformado.
Este es el texto completo:
Frente a la columna del
señor Daniel Coronell
Mi vida personal y
profesional la he forjado en principios como la transparencia, la rectitud y la
disciplina. Por consiguiente, en ningún momento puedo ser condescendiente con
policía alguno que genere dudas en su actuar ético, moral, disciplinario o penal.
Frente a esos
presupuestos, separé del cargo a quien fuera mi asistente personal, de quien
llegó un informe policial que lo señala de una supuesta intromisión indebida en
un procedimiento policial el día 28 de febrero del presente año.
Mis convicciones me
llevaron a poner el reporte de inmediato a órdenes de la Inspección General de
la Policía Nacional, para que iniciara la investigación disciplinaria
correspondiente, a fin de establecer el estado y las condiciones en las que el
oficial actuó.
Como en anteriores
oportunidades lo he manifestado, apoyo y respaldo a los policías de carácter,
que en el fiel desempeño de su labor y de los postulados éticos, hacen cumplir
las normas. Así mismo, soy implacable con aquellos que se apartan de esos
criterios fundamentales de confianza ante la sociedad. El caso del que hago
mención no será la excepción y las indagaciones llegarán hasta las últimas
consecuencias.
Debo resaltar que el
proceso disciplinario se abrió el 3 de marzo, día en el que se conocieron los
hechos, y que el oficial, además de ser separado del cargo de ayudante, fue
enviado a cumplir sus vacaciones, esto para brindar transparencia al proceso y
así mismo permitirle una defensa dentro de los parámetros establecidos.
Al informe que cita los
presuntos comportamientos del oficial, se le da toda la trascendencia
institucional. El mismo fue elaborado por los policías que atendieron el caso y
tramitado por quien esa noche era el oficial de Inspección de la Policía
Metropolitana de Bogotá, Teniente Coronel José Luis Palomino.
Mi voluntad como
Policía de la Patria y Director de la Policía Nacional, es brindar al país las
garantías de una policía más confiable, solidaria, efectiva, transparente y
respetuosa. Nada ni nadie afectará esa disposición sagrada.