Durante la operación, que se realizó a veinticinco millas
náuticas al noroeste de Buenaventura, la tripulación, compuesta por siete
personas de nacionalidad colombiana, intentó sobornar a las tropas de la
Armada.
La operación se desarrolló con base en información de
inteligencia suministrada por el Comando Conjunto de Occidente del Ejército
Nacional, en colaboración con agencias internacionales.
El personal, la embarcación y la droga incautada fueron
conducidos a la Estación de Guardacostas de Buenaventura, donde fueron puestos
a disposición del CTI de la Fiscalía.
El cargamento podría haber dejado 35 millones dólares de
ganancia a las estructuras financieras del Frente 30 de las Farc, presuntos
dueños del alijo.