Villavicencio. D
NOTILLANO.- Durante tres años estuvo
en Korea representando al país en el Batallón Colombia, como sargento
primero del ejército, ahora está viejo,
y en la miseria.
Esta es la triste
historia de un servidor de la patria que vive en Villavicencio,
enfermo, abandonado hasta de su familia,
y viviendo de los recuerdos y las con decoraciones.
Se trata de Luis Antonio Ramírez, quien se hizo acreedor a la pensión por sus servicio como militar, pero que hace menos de dos años, un día
cualquiera recibió la notificación
que le quitaban ese privilegio, porque era narcotraficante y sin mediar
palabra, sin poderse defender, violándole todos sus derechos, por culpa de quien tiene el mismo nombre procedieron a
“despensionarlo o desjubilarlo”, como él
dice.
Luis Antonio Ramírez
como ahora no tienen medios económicos,
esta “arrimado” y vive de la
caridad pública, también fue abandonado
por sus amigos y la esposa, como no
tienen forma de sostenerla se vió precisada a trasladarse a otra ciudad
donde sus familiares.
Este ciudadano, militar, durante muchos años
estuvo en Korea luchando con los
aliados y libró su primera batalla, cuerpo a cuerpo con los comunistas en el Paralelo 38, cuando
ejercían como comandantes en la guerra,
Alberto Ruiz Novoa y Jaime Polanía Puyo.
La valentía de este tolimense, radicado hace muchos años en
Villavicencio, le hizo merecedor de
condecoraciones por los gobiernos de Colombia, Korea y Estados Unidos, pero
ahora, precisamente el Estado, se ha encargado
de quitarle el pan de cada día, la mísera pensión que
recibía como militar retirado.
Qué voy a ser narcotraficante, y millonario, como dicen, si
no tengo en que caer muerto. ¿Cuál
enriquecimiento ilícito si nunca he tenido más que la mesada que ahora no me llega”?,
manifestó al Noticiero dl Llano Ramírez, quien llora desconsoladamente ante la
tragedia que se le presenta al final de su vida.
Nos relató que para
complemento, como fruto de las
explosiones durante la guerra, en
una batalla fue alcanzado
en un bombardeo, y quedó sordo.
“Todos los días le
miraba la cara a la muerte”, señala Ramírez, el sargento del ejército.
Colombiano que durante
su permanencia en Korea siempre tuvo a cuarenta hombres listos al combate.