Del
naufragio que sufrió una embarcación de migrantes africanos el pasado lunes 28
de enero en el mar de Capurganá, municipio de Acandí, Chocó, ocho personas
lograron regresar al puerto para advertir a las autoridades sobre la
emergencia.
La
Armada Nacional inició labores de búsqueda para encontrar a los 27 migrantes
que, según Aurelio Moncada, párroco de Capurganá, iban en una lancha que tan
solo tenía capacidad para 20 o 22 pasajeros.
Los
sobrevivientes contaron, por medio de un traductor que acudió al lugar, que uno
de los coyotes, es decir, la persona que conducía la lancha y que el director
de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento califica como traficante de
migrantes, se encontraba en estado de alicoramiento, lo que habría ocasionado
el accidente.
El
martes 29 de enero, la Unidad de Reacción Rápida de la Estación de Guardacostas
de Urabá recuperó dos cuerpos sin vida en el sector Terrón de Azúcar, ubicado
en el Golfo de Urabá.
Krüger
confirmó que hasta el momento se han encontrado 16 cuerpos sin identificar,
pero seis personas continúan desaparecidas.
“Lo
primero que se hace es la recuperación de cuerpos, y lograr su identificación.
Para eso, estamos trabajando con la Policía y la Armada Nacional. Hasta el
momento nos han dicho que son provenientes del Congo y la cancillería está en
proceso de repatriación y ubicación de sus familias”, agregó.
El
funcionario resaltó que este tipo de migración es de tránsito y no pretende quedarse
en el país. Aprovechó para hacer un llamado a las familias y evitar ingresar al
país de forma ilegal, pues además de correr peligro, en caso de una emergencia,
el Gobierno no tiene datos de las personas que ingresan y el proceso de
identificación es complicado.