A
la zona en donde fueron secuestrados y posteriormente asesinados Paul Rivas,
Javier Ortega y Efraín Segarra, miembros del equipo periodístico del diario El
Comercio de Ecuador, volvieron periodistas del vecino país, para completar el
trabajo que no pudieron hacer sus colegas. Las historias que encontraron serán
publicadas en un mes como un homenaje a los comunicadores.
Encargarse
de una tarea inconclusa, hacer memoria y responder a la pregunta por qué los
asesinaron, se convirtieron en las principales motivaciones para Susana Moran y
Soraya Constante, periodistas ecuatorianas que decidieron completar el
recorrido que intentaron hacer sus colegas, en la frontera entre Colombia y
Ecuador.
Morán,
quien trabaja en la revista Plan B en Quito, dice que el objetivo “fue siempre
investigar a fondo que fue lo que pasó“.
Una
ruta trazada, contactos establecidos y el acompañamiento del Estado ecuatoriano
a través de la fuerza pública, sirvieron para que las dos periodistas llegaran
hasta el mismo sitio dominado por Walter Arizala, conocido como Guacho y a
quien señalan como el responsable del asesinato de los comunicadores.
Un
lugar en el que, como lo relata Soraya Constante, se encontraron con la
evidencia del recorrido de sus compañeros en un hecho “muy emocional“pues
constataron que “allí estuvieron, aquí comieron, allá cruzaron, este es Mataje
a donde entraron y se les perdió el
rastro“.
Susana
Morán, dice que siempre fue consciente de los riesgos que asumía al hacer lo
mismo por lo que perdieron la vida sus ex compañeros. Agrega que cuando hace
reportería trata de “no pensar en lo que pasó, o lo que puede pasar, y se
enfoca su concentración en “lo que voy viendo, en los personajes que van
apareciendo, eso ayuda mucho porque es mundo que vamos descubriendo“.
A
Susana y a Soraya las acompañaron dos organizaciones no gubernamentales que
facilitaron su ingreso a la zona de Mataje en los límites entre Ecuador y
Colombia. En el lugar exacto al que pensaban llegar los comunicadores
asesinados, solo pudieron estar 15 minutos, una señal de lo que viven a diario
quienes allí habitan.
“Lo
que nos llamó la atención es que a pesar de ese despliegue importante de
fuerzas militares, vimos uniformados muy asustados, muy nerviosos, lo que
demuestra que hay una situación muy compleja porque ninguno de los dos estados
está tomando las riendas“, agrega Susana Morán.
Los
dos lados de la frontera comparten la misma problemática y eso era lo que
intentaban mostrar los miembros del equipo de El Comercio. Un mundo en el que
la autoridad es ejercida por quienes portan las armas de forma ilegal
“Todos
los actores armados, el que sea que esté de turno, Farc disidentes, bandas
criminales, tienen como una manera de llegar a esta gente, que el Estado no ha
tenido“, puntualiza Soraya Constante.
Nos
faltan tres, es el nombre de la serie de informes especiales que serán
publicados a principios de noviembre y en la que las periodistas Susana Moran y
Soraya Constante, contarán cómo el interés por evitar que se mostrara la
realidad de una zona copada por la ilegalidad, les costó la vida a Javier, a
Paul y a Efraín.