De Semana
Se trata de un local relativamente pequeño, cerca al centro
comercial Galerías, en el occidente de Bogotá. Ya no tiene en el exterior el
letrero que lo identificaba y que estaba sobre las dos ventanas con vidrios que
no dejan ver su interior. En una pequeña terraza, bajo una carpa negra, hay
ocho mesas y 24 sillas. En el interior hay siete mesas más y se observa una
escalera curva que lleva a un segundo piso en donde hay un salón con un
televisor gigante y módulos para computadores
En el sitio se venden almuerzos ejecutivos. Los lunes hay
sopa de plátano y carne con pasta. El modesto lugar tiene una página de
internet donde ofrecen cursos de creación de web, seguridad informática,
publicaciones sobre cómo espiar WhatsApp, cómo crear y detectar ataques web,
entre muchos otros.
Algo que llama poderosamente la atención es que pese a ser
un lugar aparentemente común, cuenta con dos guardias privados de vigilancia,
uno de los cuales no pierde de vista a los clientes extraños que intentan
moverse por el lugar. Incluso en el sitio hay trabajadores, como las cocineras
y las meseras, que son ajenos a lo que realmente ocurría allí.
A pesar de la exótica combinación entre almorzadero y centro
de enseñanza de informática, allí se esconde un secreto: tras la fachada hay
una central de interceptaciones del Ejército Nacional. Según una exhaustiva
investigación de Semana.com, desde allí se habrían monitoreado comunicaciones
privadas, entre otros, de algunos de los integrantes del equipo negociador del
Gobierno en el proceso de paz que se realiza en La Habana.
En su puesta en marcha no se dejó nada al azar. La fachada
del lugar cuenta incluso con un certificado de la Cámara de Comercio para el
“expendio de comidas preparadas y venta de bebidas alcohólicas para consumo
dentro del establecimiento”. Y en los documentos aparece que fue creada con un
capital de 1.113.400 pesos. El registro fue aprobado el 12 de septiembre del
2012.
Curiosamente, el pasado 19 de agosto, el expresidente Álvaro
Uribe sorprendió al país al anunciar que el gobierno Santos estaba realizando
diálogos con las FARC. El 4 de septiembre en una alocución Santos confirmó al
país la existencia de los diálogos y ratificó que se iniciarían formalmente el
18 de octubre. Justo un mes antes la fachada del Ejército ya estaba en
funcionamiento.
Durante 15 meses Semana.com investigó el asunto y el
resultado abre serios interrogantes. Por tratarse de un tema tan sensible, en
este tiempo fueron consultadas más de 25 fuentes que incluyeron agencias de
inteligencia estadounidense, altos mandos del Ejército colombiano, militares de
inteligencia y contrainteligencia y altos funcionarios del Estado, entre otros.
El resultado de esas pesquisas, que incluyen documentos y
fotografías, es un complejo entramado que pone en evidencia una serie de
interceptaciones ilegales por parte de sectores del Ejército Nacional del cual
haría parte esta fachada y una sala de interceptaciones en una instalación
militar 'La sala gris'.
'ANDRÓMEDA' Y LA
HABANA
Semana.com se abstiene de revelar el nombre comercial bajo
el cual opera la fachada por razones de seguridad con los vecinos del lugar. El
nombre clave otorgado por los militares a esa fachada era 'Andrómeda'. El sitio
estuvo a cargo de un capitán, cuyo nombre este portal se reserva. El oficial
pertenece al batallón de Inteligencia Técnica del Ejército número 1 (Bitec-1).
Estas unidades están en diferentes zonas del país y
orgánicamente hacen parte de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército
(CITEC), que a su vez es una de las columnas vertebrales de la dirección de
inteligencia militar (DINTE). “Son los mejores que existen en el país y su
especialidad es todo lo que tiene que ver con comunicaciones e informática”,
afirmó un coronel del arma de inteligencia al referirse a la CITEC.
La capacidad técnica de la CITEC y sus unidades es
sobresaliente. Gran parte de la operación Jaque se gestó y se efectúo allí,
pues mediante la infiltración y la suplantación a las comunicaciones de la
guerrilla se logró engañar al Mono Jojoy y a las FARC, lo que terminó con la
liberación de Íngrid Betancourt y una decena más de secuestrados.
Todas las agencias de inteligencia en el exterior y en
Colombia han usado y usan fachadas para sus labores encubiertas. Las de los
BITEC, en teoría, están encaminadas supuestamente para actividades contra el
terrorismo y especialmente contra las FARC. Parte de la labor del Bitec-1
consistía en un trabajo sobre redes urbanas y colaboradores de la guerrilla.
“Eso era una parte del trabajo que se hacía. Pero era para
justificar la existencia misma de la fachada”, explica uno de los que allí
trabajaban. El asunto no es muy diferente a algunas de las antiguas fachadas
que tuvo el desaparecido DAS, que, en teoría, eran para combatir el terrorismo
islámico y otras amenazas externas, pero que terminaron en labores de espionaje
a políticos, activistas y magistrados.
La fachada 'Andrómeda' contaba con dos tipos de personas que
allí trabajaban. Unos, militares activos, y los otros, hackers civiles. “Algunos
de esos muchachos fueron reclutados en los 'Campus Parties', que son esas
ferias de tecnología que se hacen anualmente. Otros son hackers conocidos que
han ayudado en el pasado”, contó a Semana.com uno de ellos.
La idea de contratar civiles tiene como fin poder
eventualmente negar cualquier vínculo con la institución. Las misiones que se
les asignan están bajo el principio de compartimentación. “A uno se le ordena
hackear X cuenta de correo. A otro, conseguir las conversaciones de X o Y PIN
de BlackBerry y a otro, bajar las conversaciones de WhatsApp. Ellos sólo tienen
un pedazo de la película. Pero toda la información llega a los jefes, que son
los que reciben la información completa”, confirmó a Semana.com uno de los
trabajadores de 'Andrómeda'. “Tener un sitio donde se ofrezcan y realicen
actividades relacionadas con hackeo e informática obviamente era una fachada
perfecta”, argumentó la fuente.
Los hackers civiles son una parte de 'Andrómeda'. Allí
también trabajaban miembros activos del Bitec-1. Joany, Manuel, Samir,
Diomedes, Yessid, Daniel, Néstor y Andrés son algunos de ellos, cuyas
identidades reales conoce Semana.com. La mayoría de ellos acuden al sitio y
simulan trabajar también en el lugar. En varias oportunidades Semana.com fue
testigo de la llegada al lugar del capitán del Bitec-1, jefe de la fachada, a
bordo de un pequeño Daihatsu azul de cuatro puertas.
“Lo que allí se hacía era muy sencillo. Allá no se podía
hacer control de voces, pero sí se podía hacer control de datos, que
esencialmente son correos, pines, etc. Los blancos eran personas relacionadas
con las ONG: Piedad, Cepeda, los de siempre. Pero también, y principalmente,
algunos de los plenipotenciarios y asistentes”, contó otro de ellos.
“'Andrómeda', obviamente, tenía que ver con el inicio de los diálogos. ¿Usted
cree que las fechas entre la entrada en operación de 'Andrómeda' y lo de La
Habana son coincidencias?”, dijo Juan Pablo, seudónimo usado por un sargento
primero del Ejército cuyo nombre real este medio protege, que también hizo
parte de la fachada. Esa información fue corroborada por otras dos personas que
allí también estaban.
“Jaramillo (Sergio Jaramillo), Éder (Alejandro Éder) o De la
Calle (Humberto de la Calle) fueron algunos de los que me acuerdo. La idea era
tratar de conseguir la mayor cantidad de datos sobre lo que se hablaba y cómo
iban. Alguna de la información recolectada no resultaba del todo relevante, pues
era claro que lo importante no lo movían por mail o PIN porque igual ellos
saben que allá los cubanos pueden coger esos datos si se mandan desde la isla”,
contó la fuente a Semana.com.
La mayoría de los involucrados en la fachada entrevistados
bajo la condición de mantener su anonimato coincidieron en afirmar que
desconocen cuál era el destinatario final de toda la información recolectada.
Lo único que saben es que los datos eran suministrados al capitán, quien a su
vez debía entregarlos a su comandante de BITEC. De ahí para arriba es incierto
quién dio la orden y quién recibió el material. Según las fuentes, en el Alto
Gobierno no tenían idea de lo que estaba ocurriendo con esta fachada.
Octubre rojo
Durante más de un año 'Andrómeda' funcionó con normalidad.
Sin embargo, a finales de octubre del 2013 varios incidentes alteraron la
tranquilidad. El 30 de ese mes el capitán jefe de 'Andrómeda' envió a Samir,
uno de sus hombres, a una reunión de coordinación sobre otros temas con
integrantes de la Central de Inteligencia Militar (CIME).
“Mi capitán estaba muy preocupado porque de la CIME nos
dijeron que había que sacar a todo mundo porque todo estaba muy caliente”, dijo
uno de los hombres que estuvieron en la reunión. Para ese momento en la sala de
interceptaciones en la CIME había sido cerrada por irregularidades y se
adelantaban pesquisas para saber si allí habían ocurrido interceptaciones
ilegales 'La sala gris'.
“Después de eso mi capitán le contó a Manuel que el costeño
había visto carros raros por los lados de 'Andrómeda'. Antes de la 1 de la
tarde de ese 30 de octubre mi capitán le ordenó a Manuel sacar todo lo que
había de ciberguerra y le dijo que él ya había sacado lo de él. También le
ordenó al costeño comenzar a hacer un borrado seguro de todo lo que teníamos.
Maicol y Yesica estaban ahí. Creíamos que de pronto la Fiscalía nos iba a
allanar”, contó a Semana.com el militar.
Un día antes de esa orden las alarmas sobre la seguridad de
la fachada se habían encendido por otro incidente. “Néstor, que era parte
nuestra en 'Andrómeda', estaba haciendo un curso básico y estaba uniformado.
Por mala suerte un ingeniero que era proveedor de Andrómeda estaba ahí ese día
con mi general Salgado para otras cosas. Pero vio a Néstor y lo saludó. Quedó
quemado, contó. La orden fue informar a los superiores y realizar un “borrado
seguro” de todo lo que había en 'Andrómeda'.
Es posible que en un allanamiento este martes las
autoridades no encuentren mayor cosa en 'Andrómeda'. Eso ocurrió con algunos
equipos del DAS cuando el escándalo de las chuzadas a los que les cambiaron los
discos duros y les borraron la información antes de que llegaran los miembros
del CTI y la Fiscalía. “Nosotros no somos tan pendejos como los del DAS, que
los pillaron con todo por escrito”, dijo uno de ellos. Por esos días
desmontaron el letrero de la fachada que ahora sólo se ve cuando se ingresa al
lugar.
Será tarea de la justicia averiguar para quién y por qué
funcionó 'Andrómeda' y si se trata de ruedas sueltas en el Ejército. “Cuando todo
esto se sepa van a pasar dos cosas. Lo primero es que lo van a negar, como pasó
con el DAS al comienzo. Y la segunda es que, a diferencia del DAS, que con el
tiempo se supo lo que pasó, esto es el Ejército y el rasero es muy distinto. Si
esta es la hora en que no han dicho quién le dio las coordenadas al presidente
Uribe, imagínese si existe alguna posibilidad de saber quién ordenó y recibió
todo lo de 'Andrómeda'”, concluye uno de los militares consultados por
Semana.com.
Durante más de un año 'Andrómeda' funcionó con normalidad. Sin embargo, a finales de octubre del 2013 varios incidentes alteraron la tranquilidad. El 30 de ese mes el capitán jefe de 'Andrómeda' envió a Samir, uno de sus hombres, a una reunión de coordinación sobre otros temas con integrantes de la Central de Inteligencia Militar (CIME).
“Mi capitán estaba muy preocupado porque de la CIME nos dijeron que había que sacar a todo mundo porque todo estaba muy caliente”, dijo uno de los hombres que estuvieron en la reunión. Para ese momento en la sala de interceptaciones en la CIME había sido cerrada por irregularidades y se adelantaban pesquisas para saber si allí habían ocurrido interceptaciones ilegales 'La sala gris'.
“Después de eso mi capitán le contó a Manuel que el costeño había visto carros raros por los lados de 'Andrómeda'. Antes de la 1 de la tarde de ese 30 de octubre mi capitán le ordenó a Manuel sacar todo lo que había de ciberguerra y le dijo que él ya había sacado lo de él. También le ordenó al costeño comenzar a hacer un borrado seguro de todo lo que teníamos. Maicol y Yesica estaban ahí. Creíamos que de pronto la Fiscalía nos iba a allanar”, contó a Semana.com el militar.
Un día antes de esa orden las alarmas sobre la seguridad de la fachada se habían encendido por otro incidente. “Néstor, que era parte nuestra en 'Andrómeda', estaba haciendo un curso básico y estaba uniformado. Por mala suerte un ingeniero que era proveedor de Andrómeda estaba ahí ese día con mi general Salgado para otras cosas. Pero vio a Néstor y lo saludó. Quedó quemado, contó. La orden fue informar a los superiores y realizar un “borrado seguro” de todo lo que había en 'Andrómeda'.
Es posible que en un allanamiento este martes las autoridades no encuentren mayor cosa en 'Andrómeda'. Eso ocurrió con algunos equipos del DAS cuando el escándalo de las chuzadas a los que les cambiaron los discos duros y les borraron la información antes de que llegaran los miembros del CTI y la Fiscalía. “Nosotros no somos tan pendejos como los del DAS, que los pillaron con todo por escrito”, dijo uno de ellos. Por esos días desmontaron el letrero de la fachada que ahora sólo se ve cuando se ingresa al lugar.
Será tarea de la justicia averiguar para quién y por qué funcionó 'Andrómeda' y si se trata de ruedas sueltas en el Ejército. “Cuando todo esto se sepa van a pasar dos cosas. Lo primero es que lo van a negar, como pasó con el DAS al comienzo. Y la segunda es que, a diferencia del DAS, que con el tiempo se supo lo que pasó, esto es el Ejército y el rasero es muy distinto. Si esta es la hora en que no han dicho quién le dio las coordenadas al presidente Uribe, imagínese si existe alguna posibilidad de saber quién ordenó y recibió todo lo de 'Andrómeda'”, concluye uno de los militares consultados por Semana.com.