El jefe máximo del frente Oliver Sinisterra, disidente de las Farc,
portaba chaleco antibalas en el momento del operativo registrado en la vereda
Peña Caraño, Nariño.
El primer gran golpe de la nueva cúpula militar tuvo como epicentro la
vereda Peña Caraño, jurisdicción de Llorente, en Nariño. Allí se lanzó la
operación Perla IX, que tenía como objetivo neutralizar a alias ‘Guacho’, el
máximo jefe del frente Oliver Sinisterra.
En el despliegue militar participó un selecto grupo de militares de todas
las Fuerzas que tenían información obtenida a través de la Dirección Nacional
de Inteligencia sobre las condiciones de Wálter Patricio Arizala Vernaza, tras
el operativo en el que fue herido en septiembre pasado.
Una de esas informaciones recientes daba cuenta de que ese día, el hombre
que se había convertido en el terror de la frontera colombo-ecuatoriana portaba
un chaleco antibalas. Fuentes ministeriales confirmaron que fue un grupo de la
Fiscalía el que logró infiltrar los anillos de seguridad de ‘Guacho’ y obtener
material fotográfico fundamental para el desarrollo de la operación.
A la par con la verificación de esas imágenes, las tropas del Comando
Conjunto de Operaciones Especiales se movilizaron por la agreste zona hasta las
coordenadas que fueron enviadas a las Fuerzas Militares desde inmediaciones del
campamento de Arizala Vernaza.
Mientras avanzaban las tropas, desde la base militar de Apiay, en el
Meta, se dio la orden de mover aviones Súper Tucano hasta el Comando Aéreo de
Combate número 7, cuya sede está en Cali.
"El día de hoy en una heroica acción conjunta del ejército y la
policía con el apoyo del CTI (Cuerpo Técnico de Investigaciones) de la fiscalía
podemos confirmar que (Arizala) alias Guacho cayó en una operación y que ha
sido abatido", declaró el presidente Iván Duque a medios.
En la operación llevada a cabo en zonas selváticas del departamento
fronterizo de Nariño, "cayó uno de los más horrendos criminales que haya
conocido nuestro país", agregó.
El frente disidente Óliver Sinisterra que dirigía este exguerrillero de
origen ecuatoriano es considerado responsable de secuestrar y asesinar a dos
periodistas y un chófer del diario El Comercio de Quito y a una pareja de
Ecuador.
"Le dije al pueblo ecuatoriano que el crimen de los tres periodistas
no quedaría en la impunidad", recordó el mandatario.
Por su parte, los familiares de los tres empleados del medio de
comunicación asesinados en abril de 2018 señalaron en un comunicado que
"es lamentable que quien se adjudicó el secuestro y asesinato de cinco
personas haya sido abatido en lugar de que lo hayan capturado con vida".