La patrullera Angie
Paola Vanegas Quiroga el pasado jueves 21 de septiembre murió en la estación de
Policía de Mesitas del Colegio (Cundinamarca).
Angie Paola Vanegas
tenía 20 años de edad y aunque los primeros reportes hablan de un suicidio, sus
familiares ponen duda esa versión.
Cinco días antes, la
patrullera Ángela Ospino acabó con su propia vida en el municipio de Fonseca
(Guajira) luego de escribir una carta a su familia despidiéndose.
También hace un mes, el
26 de agosto, en uno de los baños de la seccional de Tránsito y Transporte de
Bogotá, la patrullera Jennifer Romero Piñeros al parecer se quitó la vida en un
baño.
Según reportes
preliminares, la patrullera fue hallada viva en un delicado estado, junto con
su arma de dotación.
En mayo de este mismo
año la patrullera Laura Valentina Talero intentó quitarse la vida en un CAI
móvil en Soacha. Su rostro terminó desfigurado como resultado del intento de
suicidio, el cual se atribuyó al acoso laboral.
Hace menos de un año en
diciembre de 2016, la patrullera Dina Carolina Suárez se quitó la vida. Según
medios locales, había sido asignada como escolta de la alcaldesa de El Piñón
(Magdalena) y decidió quitarse la vida con su arma de dotación.
En 2014 la patrullera
Kelly Rocha falleció en la estación de policía de Majagual, Sucre. Las primeras
versiones hablaban de un suicidio, algo que los padres de la patrullera no
creían factible. Medicina Legal finalmente determinó que la patrullera fue
víctima de una muerte violenta y que registraba golpes en su cuerpo.
Los padres de la
patrullera Kelly Rocha además aseguraron que su hija había sido víctima de
acoso sexual en su trabajo como secretaria de la estación de Majagual. Un caso
similar fue el que ocurrió con la cadete Lina Zapata, quien en 2006 apareció muerta
en la escuela General Santander de la Policía, a un día de su ascenso al grado
de alférez.
Su familia ha alegado
desde entonces que no se trató de un suicidio y que la cadete Zapata había
conocido de la existencia de la red de prostitución en el interior de la
Policía que años después sería conocida como ‘La comunidad del anillo’.
Otro de los casos que
quedaron registrados fue el de Daniela Guzmán, una patrullera que en 2013
decidió atentar contra su vida en Popayán, alegando problemas personales, según
reportaron medios locales.