Golpeada por el desplome de los precios del crudo, Venezuela padece una profunda crisis política, institucional, social y económica, con una grave carestía de productos básicos y medicinas
A pocas calles del
palacio presidencial de Venezuela, grupos de personas se manifestaron contra el
gobierno y fueron dispersados con gases lacrimógenos: "Tenemos
hambre", gritaban. La protesta fue controlada, pero dejó al desnudo el
aumento de la tensión social en el país petrolero.
Cargando una bolsa con
dos paquetes de harina de maíz para hacer las típicas arepas venezolanas,
Yelitza González, camina sofocada alejándose del epicentro de los disturbios,
una estratégica avenida en Caracas que conduce al Palacio de Miraflores, y que los
manifestantes bloquearon con basura y otros obstáculos.
"Esto está pasando
por culpa de este gobierno que está poniendo a pasar hambre a este país. No
tengo nada de comer en la casa. A mi esposo no le alcanza el dinero, el salario
no alcanza para nada", afirmó a la AFP esta ama de casa de 40 años, con la
voz entrecortada por el malestar y la marcha acelerada.
Ella vive en el barrio
popular San José, a un kilómetro de allí. Acababa, según relata, de hacer
varias horas de fila para comprar comida en un supermercado cercano, cuando
empezaron a reunirse grupos para protestar.
"Decidí sumarme
porque la protesta es de todos, porque la estamos pasando muy mal. Este país
necesita levantarse", agregó, apurando aún más el paso rumbo a su casa.
Largas filas, vigiladas
por la policía militarizada, se forman todos los días en los supermercados para
comprar alimentos subsidiados. En varios establecimientos de Caracas y otras
ciudades han ocurrido saqueos y protestas en las últimas semanas.
El coordinador del
Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social, Marco Ponce, precisó a la
AFP que la ONG contabilizó 94 saqueos y 72 intentos de saqueos y unas 500
pequeñas protestas principalmente por la escasez de productos básicos, en los
primeros cuatro meses del año.
Golpeada por el
desplome de los precios del crudo, Venezuela padece una profunda crisis
política, institucional, social y económica, con una grave carestía de
productos básicos y medicinas.
La encuestadora
Datanálisis midió en más de 80% la escasez de alimentos en comercios en Caracas
-la ciudad más abastecida de Venezuela- en abril. Por su parte, la inflación
fue de 180,9% el año pasado y el FMI la estima en 700% para 2016.
Maduro, que impulsa un
plan de "motores económicos" para reactivar la producción y la
industria, asegura que la escasez es provocada por empresarios de derecha que
especulan y acaparan la comida para provocar descontento popular y
desestabilizar a su gobierno.
- "Señor presidente: ¡Estamos pasando hambre!" -
La protesta comenzó a
mitad de la mañana. Vecinos que estaban haciendo fila reclamaron por la falta
de distribución de alimentos en un supermercado, y bloquearon las avenidas
Fuerzas Armadas y Urdaneta.
Contingentes de la
militarizada Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional llegaron
de inmediato, con equipos antimotines, que coparon las calles aledañas.
"Y va a caer, y va
a caer, este gobierno va a caer" y "¡tenemos hambre!", gritaban
algunos manifestantes, desafiando los numerosos efectivos de seguridad.
Los manifestantes
intentaron llegar a la sede de Gobierno, pero fueron repelidos por las fuerzas
de seguridad y grupos de simpatizantes del gobierno, que gritaban la consigna:
"la calle se respeta".
"Señor presidente:
en realidad estamos pasando hambre, el pueblo está cansado. Es lo que tengo que
decirle. No tengo miedo. En mi casa no tengo nada. Hago colas para allá y para
acá y no hay nada", declaró a la AFP Roberto Marcano, obrero de 26 años.
Con una piedra en la
mano, Francis, una estudiante de 21 años, aguarda la acción policial.
"Esto es por si nos atacan, tenemos que defendernos. Yo estoy protestando
porque ya estamos cansados de que no se consigan productos, de las colas",
declaró a la AFP.
La oposición venezolana
responsabiliza de la crítica situación al gobierno de Maduro e impulsa un
referendo revocatorio del mandato presidencial, en tanto que la Organización de
Estados Americanos (OEA) empuja un diálogo como salida a la crisis.
Pero la polarización va
en aumento. La oposición anunció esta tarde que las autoridades electorales
suspendieron una reunión clave en la que debían informarles si se cumplieron
los primeros requisitos para poder avanzar en el proceso de activación del
referendo.
Para el vicepresidente
del Parlamento de mayoría opositora, Enrique Márquez, si el referendo no se
hace este año "se elevaría la presión social a límites
insospechados". "Es la única válvula de escape", afirmó.