La semana pasada los precios del barril de
petróleo tocaron los mínimos históricos de los últimos 12 años, por algunos
minutos llegaron a estar en los USD$26,6 un nivel que no se veía desde 2003;
hoy lunes las cotizaciones abrieron por encima de los USD$30, los crudos de
referencia Brent y WTI se ubicaron en los USD$31,19 y USD$31,04
respectivamente.
El anterior escenario
de bajas cotizaciones, que se viene presentando desde mitad de 2014, se debe a
la decisión de los países integrantes de la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (Opep) de mantener su producción en 31 millones de barriles
diarios, a la de Estados Unidos de iniciar la exportación del recurso, y a la
del levantamiento de las sanciones económicas a Irán, país que colocará 500.000
barriles en el mercado durante el próximo mes y un millón al cierre de 2016.
Según el consenso de
algunos analistas económicos de instituciones como Goldman Sachs, Wood
Mackenzie y Banco Mundial, adicional a las decisiones mencionadas
anteriormente, la Opep también está haciendo un esfuerzo por quedarse con la
mayor participación de mercado para maximizar sus utilidades y Estados Unidos
continuará exportando el recurso, acciones que generarán una mayor sobreoferta
en el mercado colocándola en los 97 millones de barriles diarios.
Es por ello que las
operadoras a nivel mundial están tomando fuertes medidas para reducir los
costos de producción por barril y así lograr un mayor flujo de caja, por
ejemplo, la British Petroleum (BP), redujo su personal a nivel mundial en 4.000
personas y Petróleos de Brasil (Petrobras) en su caso, inició una venta masiva de activos por valor de
USD$15.000 millones a finales de 2015.
En la gráfica podemos
observar el costo de producción promedio por barril de crudo de los 20
principales países productores mundiales, información recabada por la
consultora Rystad Energy de Noruega con datos de más de 65.000 campos en el
mundo y en la cual se ubica a Colombia como el séptimo país más costoso para producir
petróleo con USD$35,30/barril.
Cabe mencionar que los
países más costosos son en su orden Reino Unido con USD$52,50, Brasil USD$48,80
y Canadá USD$41,10, estas naciones estarían enfrentando pérdidas de USD$21,
USD$17, y USD$10 por barril respectivamente, por su parte Estados Unidos, (que
llegó a ser primer productor de petróleo a mediados de 2015), se ubica en el
cuarto lugar por costos con USD$36,30, lo cual lo enfrenta a una presión muy
alta sobre su producción con pérdidas de USD$5/barril.
Según la información de
esta consultora, dado que el precio actual del crudo WTI es de USD$31,04/barril
y el del Brent USD$31,19/barril, ocho (8) de estos 20 productores (el 40%)
estaría produciendo en pérdidas, entre los cuáles se encuentra Colombia.
Por su parte países integrantes de la Opep
como Emiratos Árabes, Iraq, Arabia Saudita y Kuwait, aún estarían ganando un
promedio de USD$20 dólares/barril, muestra del éxito de su estrategia y ventaja
de sus bajos costos de producción por la calidad del crudo.
Cabe mencionar que esta
tendencia no es sostenible en el mediano plazo para estos países, ya que el
crudo es su principal fuente de financiación (en el caso de Arabia Saudita
representa el 80% de los ingresos, es decir USD$131.000 millones de dólares), y
dado el perfil de su gasto nacional (que es de USD$280.000 millones de dólares)
no pueden continuar con unas ganancias tan reducidas por sus recursos.
En este sentido el
Fondo Monetario Internacional (FMI), calcula que de mantenerse este ritmo, el
flujo de caja de estos países se congelará en 5 años, por su parte los
analistas coinciden en que la recuperación de precios a niveles de USD$60 por
barril, se daría en el 2018.
En la actualidad, el
sector petrolero colombiano ha ejecutado acciones con el fin de disminuir los
costos de producción, sin embargo, dado el nivel alcanzado de las cotizaciones
de menos de USD$30/barril, estas estrategias de recortes implicarían una
desaceleración en la recuperación futura.
Es por ello que en
medio de la coyuntura de precios bajos, es fundamental pensar en acciones que
aporten al desarrollo de la industria y se visualicen oportunidades para la
misma, una de ellas es el proceso de paz, el cual, si llega a feliz término, le
aportaría a la industria petrolera una reducción de costos importante asociados
a la guerra, los atentados, los bloqueos de comunidades, entre otros.
Este nuevo escenario
aportaría al desarrollo e incremento de la exploración en otras zonas del país,
pues en este momento solo se trabajan siete (7) de las 23 cuencas petroleras.
De allí la necesidad
que el Gobierno Nacional, a través de inversión directa o garantizando recursos
internacionales, financie un agresivo programa de exploración de Ecopetrol, lo
que aportaría a la producción y al incremento de reservas, las cuales en este
momento alcanzan solo para seis (6) años.