Colombia, que produce
cerca de un millón de barriles por día (bpd), tiene cerca de 2.445 millones de
barriles en reservas probadas de crudo.
D…AFP
Colombia, cuarto
productor de petróleo de Latinoamérica, enfrenta el dilema del crudo de
esquisto, una solución ante la escasez de reservas convencionales, pero cuya
extracción entraña un alto riesgo de desatar temblores en un país de intensa
actividad sísmica.
Buscar y encontrar
hidrocarburos en yacimientos no convencionales es una "necesidad imperiosa
y estratégica", dijo días atrás a periodistas Francisco Lloreda,
presidente de la Asociación Colombiana de Petroleo (ACP).
"Tenemos sólo seis
o siete años de reservas. Si no, vamos a tener una debacle fiscal",
agregó.
Foto Archivo. |
Ante el desplome de los
precios del crudo, que en los últimos dos meses ha caído 13%, cerrando el
miércoles en 80,52 dólares por barril en el New York Mercantile Exchange
(Nymex), la búsqueda de aumentar la producción es un dolor de cabeza para el
gobierno colombiano, que obtiene cerca del 20% de los ingresos corrientes de la
industria de los hidrocarburos y la minería.
Colombia, que produce
cerca de un millón de barriles por día (bpd), tiene cerca de 2.445 millones de
barriles en reservas probadas de crudo. Sin embargo, según la ACP, el país
tiene entre 500 y 3.000 millones de barriles en hidrocarburos no
convencionales.
Para Alejandra Méndez,
analista de la firma colombiana Serfinco, ante la evidente maduración de muchos
pozos en Colombia, si el país quiere mantenerse como un exportador, la
explotación de arenas bituminosas y de campos "offshore" (costa
afuera) es una apuesta obvia.
"Este es un
potencial que tiene Colombia, pero es muy difícil de explotar y el proceso
hasta lograr producir va a tardar casi una década", dijo a la AFP.
"Va a ser un poco complicado".
- "Es como poner una bomba" -
La explotación del
crudo de esquisto, que implica inyectar agua a alta presión para fracturar una
roca que se ubica a profundidades de entre 1.500 y 2.400 metros, es cuestionada
duramente por ambientalistas en el mundo.
Fracturar las lutitas
que contienen hidrocarburos, una técnica denominada "fracking", puede
ser un gran problema para un país como Colombia, situado en el Cinturón de
Fuego del Pacífico, donde se produce el 90% de los terremotos y se ubica el 75%
de los volcanes del mundo.
"Colombia tiene
zonas de muy alta sismicidad. El 'fracking' es como poner una bomba en
territorios tan activos sísmicamente", dijo a la AFP Margarita Flórez,
directora de la ONG Ambiente y Sociedad.
Además, en el caso de
Colombia, se corre gran peligro de contaminar los acuíferos, que se sitúan
cerca de la superficie, entre los 300 y 500 metros de profundidad.
"Nadie puede
garantizar que los ductos no filtren", señaló Flórez, quien también
destacó la enorme cantidad de agua que requiere esta técnica de extracción -
entre 7.000 y 29.000 litros de agua por pozo, según la ONG ambientalista
Greenpeace.
Lloreda admitió los
problemas potenciales, pero dijo que la estimulación hidráulica rara vez genera
sismicidad y, de presentarse, es muy baja -de unos 2 grados en la Escala de
Richter-.
"Tiene riesgos,
pero si se hacen las cosas bien, los riesgos se reducen a un mínimo",
señaló.
Por su parte, Carlos
Alberto Vargas, geólogo de la Universidad Nacional de Colombia, dijo a la AFP
que si estas operaciones "se hacen con alto control de calidad, su
aplicación no debería generar problemas".
"Esta tecnología
puede generar sismicidad, pero debido a que el proceso se desarrolla
típicamente en zonas alejadas de comunidades e infraestructura, su impacto
tiende a ser marginal", afirmó.
En Colombia, donde hay
un conflicto armado desde hace más de 50 años; la explotación de campos de
crudo no convencionales puede presentar dificultades adicionales a las
ambientales.
Las dos grandes áreas
donde se encuentran las rocas de esquisto, el Magdalena Medio y del Catatumbo,
en el noroeste, están ubicadas en zonas donde las principales guerrillas del
país, las Farc y el ELN, son muy activas.