D: EFE
El papa dijo a los cardenales que "entran en la Iglesia
de Roma, no en una corte" y les instó a "evitar hábitos y
comportamientos cortesanos, intrigas, habladurías, camarillas, favoritismos,
preferencias".
Francisco concelebró hoy la Eucaristía con los 19 cardenales
que nombró ayer con la histórica presencia del papa emérito Benedicto XVI en
una solemne ceremonia en la Basílica de San Pedro y ante todos los purpurados
llegados al Vaticano con motivo del primer Consistorio de su pontificado.
Cientos de familiares de los cardenales y delegaciones
oficiales de los países que acompañaban a los purpurados, además de cientos de
fieles abarrotaban hoy la Basílica.
Durante la homilía, el papa se dirigió a los 218 cardenales,
de los que 122 son electores y 96 no, al haber traspasado la edad de 80 años.
"Imitar la santidad y la perfección de Dios puede
parecer una meta inalcanzable". dijo.
Y explicó que "el comportamiento de Dios puede
convertirse en la regla de nuestras acciones. Pero recordemos que, sin el
Espíritu Santo, nuestro esfuerzo sería vano".
Hizo alusión al Levítico que dice: "No odiarás de
corazón a tu hermano... No te vengarás, ni guardarás rencor (..) sino que
amarás a tu prójimo (...)" y dijo que éstas actitudes nacen de la santidad
de Dios.
"Nosotros, sin embargo -dijo el papa argentino-, somos
tan diferentes, tan egoístas y orgullosos; pero la bondad y la belleza de Dios
nos atraen, y el Espíritu Santo nos puede purificar, nos puede transformar, nos
puede modelar día a día".
La segunda antítesis se refiere a los enemigos: "Habéis
oído que se dijo: 'Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo'",
comentó.
Yo, en cambio digo "amad a vuestros enemigos y rezad por
los que os persiguen", aseveró Bergoglio.
En línea con la actitud de austeridad de su pontificado, el
papa argentino aseguró que Jesús no ha venido para enseñarnos los buenos
modales, las formas de cortesía.
"Para esto -refirió- no era necesario que bajara del
cielo y muriera en la cruz. Cristo vino para salvarnos, para mostrarnos el
camino, el único camino para salir de las arenas movedizas del pecado, y este
camino es la misericordia".
Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del
mundo, subrayó el pontífice, que añadió: "amemos a quienes nos contrarían,
bendigamos a quien habla mal de nosotros, saludemos con una sonrisa al que tal
vez no lo merece, no pretendamos hacernos valer, contrapongamos más bien la
mansedumbre a la prepotencia, olvidemos las humillaciones recibidas".
Y les pidió cercanía con la oración, el consejo, la
colaboración y que unan en la invocación al Espíritu Santo, para que el Colegio
de Cardenales tenga cada vez más ardor pastoral, esté más lleno de santidad,
para servir al evangelio y ayudar a la Iglesia a irradiar el amor de Cristo en
el mundo.
Con el nombramiento ayer de 19 prelados, el numero de
cardenales aumentó a 218, de los cuales más de la mitad (116) son europeos,
seguidos por los latinoamericanos (34).
En cuanto al resto de divisiones por continentes que
establece el Vaticano, América Septentrional suma veinticuatro cardenales, Asia
veinte, África diecinueve y Oceanía cinco.
Europa es el continente que más purpurados gana tras la
celebración de este Consistorio, con ocho nuevos nombramientos, uno de ellos
español, seguido por América Latina, que aporta cinco nuevos nombres.
África y América Septentrional tienen ahora dos cardenales
más, respectivamente, mientras que Asia y Oceanía añaden un prelado en cada
caso.