Villavicencio. Un Juez
de garantías en Bogotá envió a la cárcel al empresario villavicense, Óscar
Eduardo Acevedo Campiño, uno de los propietarios de la Estación de Servicio
GASOLLANOS, después de ser capturado con su padre, Luís Gonzaga Acevedo, en la
capital del Meta.
Padre e hijo, son
investigados penalmente por continuar usufructuándose con el establecimiento
comercial, pese haber sido cerrado por las autoridades y sometido a un proceso
de extinción de dominio.
Al parecer el bien
inmueble sería de propiedad del extinto cabecilla paramilitar, Pedro Olivero
Guerrero Castillo, alias “Cuchillo” muerto en una operación de fuerzas
especiales de la policía en diciembre de 2010 en zona rural de Mapiripán, Meta.
En las audiencias
preliminares trascendió que Luis Gonzaga, denunció a dos coroneles retirados de
la Policía, los hermanos, René y Berney Quintero Camacho, por extorsión.
Según la Fiscalía, los
ex oficiales, habían sido designados como depositarios del bien en extinción de
dominio, por la entonces Dirección Nacional de Estupefacientes en 2014.
Esas personas se
habrían confabulado con los propietarios de la Estación de Servicio GASOLLANOS
para permitir que siguiera funcionando a cambio de una gruesa suma de dinero.
La empresa tenía
jugosos contratos con entidades del Estado en Villavicencio, y los hermanos
Quintero Camacho, querían más plata o no permitirían la continuidad del
negocio.
Luis Gonzaga, decidió
denunciarlos por extorsión, y es ahí cuando la Fiscalía se entera de las
actividades ilícitas, y de inmediato abre investigación por los delitos de
cohecho por dar u ofrecer, fraude procesal, estafa agravada, falso testimonio,
fraude a resolución judicial y perturbación de actos oficiales.
Los dos coroneles fueron
condenados a prisión a penas de 48 y 54 meses, y ahora se convirtieron en
testigos claves para la fiscalía que adelanta el proceso contra los empresarios
de Meta y Guaviare, Luís Gonzaga Acevedo y su hijo, Óscar Eduardo Acevedo.