Científicos
estadounidenses han desarrollado un dispositivo artificial que emula las
condiciones en el interior del útero materno y ha logrado mantener con vida
durante cuatro semanas a fetos de cordero “extremadamente prematuros”, según un
estudio que publica hoy la revista “Nature Communications”.
Investigadores del
Hospital Infantil de Filadelfia han creado un “ambiente fluido” artificial a
partir de una bolsa de polietileno que incorpora un circuito de oxígeno, un
sistema con el que han logrado que animales mantengan una circulación sanguínea
y de gases estable.
Para probar ese sistema
extrauterino se han utilizado corderos con una edad biológica equivalente a un
neonato humano en las semanas 23 o 24 de gestación.
“Nuestro sistema podría
prevenir la severa morbilidad que se produce en niños extremadamente
prematuros. Ofrece una tecnología médica que no estaba disponible hasta ahora”,
sostuvo Alan Flake, autor principal del trabajo, en un comunicado de su
universidad.
pesar de que la supervivencia de los fetos
humanos de 23 semanas ha mejorado gracias a los cuidados intensivos para
neonatales, los nacimientos extremadamente prematuros son todavía una de las
principales causas de mortalidad y morbilidad entre los neonatos.
“Esta investigación no
aspira a reemplazar el útero durante la primera parte del embarazo, sino que
intenta desarrollar nuevos modos de tratar a los bebés prematuros”, señaló el
profesor de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) Colin Duncan.
“Se trata de un
concepto muy atractivo, este estudio es un paso adelante muy importante”,
subraya Duncan, que alerta sin embargo de que “todavía existen enormes retos a
la hora de refinar la técnica”.
La revista “Nature
Communications” subraya por su parte que la investigación del centro
estadounidense se ha ceñido a un periodo de cuatro semanas, por lo que no están
disponibles los datos sobre la evolución y la salud de los animales prematuros
más allá de ese plazo.
Aún así, la publicación
científica recalca que el método del Hospital Infantil de Filadelfia ha logrado
una mayor supervivencia de los fetos animales prematuros que las técnicas que
existían hasta ahora.
El centro
estadounidense indica que el objetivo de su investigación es mantener en
condiciones estables a los neonatos entre las 23 y las 28 semanas de edad de
gestación, al entender que más allá de ese periodo “se traspasa una barrera” a
partir de la cual superan los riesgos más severos.
“Los bebés (en ese
periodo) tienen una necesidad urgente de que exista un puente entre el útero
materno y el mundo exterior. Si podemos desarrollar un sistema extrauterino que
apoye el crecimiento y la maduración durante unas pocas semanas, podemos
mejorar las perspectivas de forma extraordinaria”, afirmó Flake.
Entre las dificultades
técnicas que todavía quedan por superar, “Nature Communications” destaca que la
conexión del útero artificial al neonato por medio del cordón umbilical “podría
no ser posible”, así como la necesidad de desarrollar un líquido amniótico
adecuado para los neonatos humanos.