POR: NOTICIASCARACOL
La embestida y agónica
muerte de Lucio Espinosa es otro episodio rutinario en la cadena de barbarie
que sobreviene con cada corraleja, advierten las autoridades
Roberto Portillo, director
Defensa Civil de Bolívar, atendió este caso y otras agresiones mortales que
irónicamente imprimen mayor euforia y drama a esta fiesta centenaria.
"Lo vi y me preocupé
mucho, me dieron ganas de hacer algo pero llegó el toro lo enganchó y le hizo
una herida tan grave que terminó matándolo", relató.
El investigador cultural
Martín Salas no encuentra razones sensatas para aceptar el dolor y la muerte de
seres humanos como elementos de diversión.
"El primer valor es la
vida, la muerte no puede ser diversión. No me explico cómo una gente puede
tomar cerveza a costa de la muerte de otro", dijo.
Etel Renhals, ama de casa,
cree que pese a los peligros la tradición debe mantenerse, pero limitar el
acceso a los ruedos solo a los toreros profesionales y manteros experimentados.
"Deberían prohibir eso
a las personas borrachas y a los adolescentes que son los que más mueren al
meterse ahí", agregó.
Pero no obstante las
muertes, ninguna crítica modifica estos festejos asociados a la crueldad y la
indolencia.
Las corralejas siguen
vigentes bajo la consigna popular de que mientras más violentas, generan mayor
impacto en el público.