Los
incendios forestales son críticos en cualquier parte del mundo pero en un
páramo, zona considerada estratégica para la producción de agua, la situación
se hace más preocupante ante la posibilidad en la disminución de dicha
producción, aseguró Carolina Jarro, directora (e.) de Parques Nacionales.
Precisamente,
el incendio forestal que se propagó durante cuatro días y que dejó por lo menos
2.045 hectáreas de vegetación nativa destruida en el páramo de Sumapaz, cerca a
la ciudad de Bogotá, fue una alarma para las autoridades dada los efectos que
deja un evento como estos.
"Restaurar
estas dos mil hectáreas nos llevará un buen tiempo y no sabemos si quede igual
que antes. Se estima que este proceso pueda tardar de veinte a treinta
años", comentó Jarro.
La
funcionaria estimó que, en el caso de los frailejones -plantas emblemáticas y
únicas de los páramos, que tienen dentro de sus funciones la retención de agua
que captura de la neblina-, puede tardar
hasta veinte años en tener el tamaño normal para su especie.
En
ese sentido, la funcionaria indicó que en los próximos días las autoridades
ambientales harán un reporte del número de especies vegetales afectadas por
este incendio que fue controlado el domingo, por parte de los bomberos y la
comunidad de la zona.
La
directora (e) de Parques Nacionales explicó que una de las funciones
principales del páramo de Sumapaz es la regulación hídrica de las cuencas altas
de los ríos Tunjuelo, Sumapaz, Blanco, Ariari, Guape, Duda y Cabrera, como
oferentes de servicios ecosistémicos para el Distrito Capital y los
departamentos del Meta, Huila y Cundinamarca.
En
últimas, el páramo ayuda a abastecer de agua a un sector de Bogotá y regula los
ríos más estratégicos de la Orinoquía colombiana.