Columna de Opinion. POR: JOSE YESID CASTRO SUAREZ.
Perder credibilidad es lo peor que le puede ocurrir a un
medio de comunicación. No se puede aceptar que los periodistas recurran a
medios ilícitos para conseguir dadivas a costa de la integridad y la moralidad
de las personas y de las instituciones. Menos aún, cuando los métodos empleados
son constitutivos de delito.
Es precisamente lo que ha desatado el mayor escándalo al que se haya enfrentado un minoritario sector de la comunidad con los funcionarios e institucionalidad del Hospital Municipal de Acacias, azuzados por quien dice liderar la voz de la comunidad, Bray Martínez, un muerto de hambre, lagarto de profesión quien descarga en el odio su desilusión, su hambre, coctel supremamente peligroso, si se tiene en cuenta el dicho de que cuando la estrechez mental se agranda, cosas peores están por venir.
Es precisamente lo que ha desatado el mayor escándalo al que se haya enfrentado un minoritario sector de la comunidad con los funcionarios e institucionalidad del Hospital Municipal de Acacias, azuzados por quien dice liderar la voz de la comunidad, Bray Martínez, un muerto de hambre, lagarto de profesión quien descarga en el odio su desilusión, su hambre, coctel supremamente peligroso, si se tiene en cuenta el dicho de que cuando la estrechez mental se agranda, cosas peores están por venir.
Pero lo más grave que late en el fondo de este odioso
episodio es la sospecha que se abate sobre el buen trabajo de la mayoría de los
periodistas, que por extensión salpica al resto de la profesión. Hoy la prensa
Acacireña se debate entre el escándalo, la opacidad, la desinformación cuando
no la transgresión de la ética.
Hay que decir bien alto que en periodismo no todo vale. Desprestigiar a una Institución con historia, Incuestionada por los organismos de control, y el ministerio de salud, que le ha dado mucho a su comunidad y pueblos aledaños, en la práctica de servicios de salud con ética, valores y sentido humano. NO, Rotundamente, NO cuando hablamos de prácticas ilícitas que rozan el delito.
Hay que decir bien alto que en periodismo no todo vale. Desprestigiar a una Institución con historia, Incuestionada por los organismos de control, y el ministerio de salud, que le ha dado mucho a su comunidad y pueblos aledaños, en la práctica de servicios de salud con ética, valores y sentido humano. NO, Rotundamente, NO cuando hablamos de prácticas ilícitas que rozan el delito.
Colombia es un país donde la prestación
de servicios de salud, se hace principalmente a través de las empresas
sociales del Estado, que constituyen una categoría especial de entidad
pública descentralizada, con personería jurídica, patrimonio propio y autonomía
administrativa, como es el caso de nuestro Hospital fundado hace mas de 50 años
y que constituye la única Institución Prestadora de Servicios de salud conque
cuentan los Acacireños para la solución de sus enfermedades, prestando sus
servicios con calidad humana, reconocidos y protegidos por la misión medica
internacional. Sera que la mala calidad de los servicios que dicen recibir
algunas personas por parte de nuestra Institución es solo en nuestra institución?,
o culpa de un sistema creado mediante la Ley 100 de 1994, ¿por un titiritero
que busco ante todo un beneficio personal y familiar, y que hoy tiene a las
instituciones de salud públicas quebradas?, me gustaría que nos pongamos a
pensar que pasaría si el hospital Municipal de Acacias, cierra sus puertas?, ¿A dónde iríamos?, les dejo bailando mi trompo
en su uña, piensen y valoren, la responsabilidad es de todos, hacer uso
adecuado de los servicios y proteger la infraestructura conque se cuenta es
responsabilidad de todos. Amanecerá y veremos.
El contenido de este articulo, es resposanbilidad abosluta del columnista.
El contenido de este articulo, es resposanbilidad abosluta del columnista.