El candidato del
uribismo se llevó la mayoría de los votos de los municipios limítrofe. En
algunos alcanzó porcentajes de hasta más del 80% de los sufragios.
Venezuela y Colombia se
tocan a lo largo de una extensión de 2.219 kilómetros. Este límite es la
frontera más larga que poseen ambas naciones, lo cual ha permitido que en
algunos de sus territorios se desarrollen actividades relacionadas con cultivos
ilícitos, tráfico de drogas y disputas entre grupos armados al margen de la
ley. A esta problemática social, se le ha sumado la masiva migración de
venezolanos, ante la crisis política y económica del país vecino.
Por esta razón, los
municipios de la zona limítrofe, que va desde La Guajira hasta Guainía, se han
convertido en lugares críticos que exigen la atenta mirada del próximo ocupante
de la Casa de Nariño, disputa que, tras los resultados de los comicios del
domingo, llevan a cabo Iván Duque y Gustavo Petro.
Ambos han estado
vinculados con el tema de Venezuela, sin embargo, ha sido el candidato uribista
el que ha llevado a cuestas una bandera que amenaza con que Colombia “se puede
convertir” en la nación que hoy lidera Nicolás Maduro.
Su campaña ha insistido
en posicionarse como “la solución” ante el drama que se vive en dicho país y,
después de visitas a la frontera de los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y
Andrés Pastrana, en compañía de la fórmula vicepresidencial de Duque, Marta
Lucía Ramírez, esto quedó evidenciado en los votos depositados en las urnas de
los municipios limítrofes.
En total son 20 y, de
ellos, Duque ganó en 16 con amplia ventaja. En muchos, incluso, logró recoger
más del 50% de los votos. En Norte de Santander, por ejemplo, municipios como
Villa del Rosario, Ragonvalia y Herrán le dieron al exsenador el 71,17%, 80,15%
y 84,06% de sus sufragios, respectivamente, porcentajes altísimos si se
comparan con la tendencia nacional.
Esto deja claro que,
más allá de si la amenaza de copiar los errores del país vecino es real o no,
su discurso está siendo escuchado por el sentimiento de miles de colombianos
que tienen a su lado, literalmente, la crisis venezolana, y cuyas consecuencias
repercuten directamente en su día a día con el aumento de delincuencia,
desempleo, indigencia y prostitución.