El caso de despojo de
la familia Castro Ochoa, es una radiografía del conflicto armado que se vivió
en los llamados Llanos Orientales, específicamente en el municipio Puerto
Concordia, Meta.
Pedro Oliverio Guerrero
Castillo, alias Cuchillo, consolidó su poder en zonas como San José del
Guaviare, Puerto Rico, Puerto Concordia y la zona oriental de Mapiripán,
valiéndose de masacres, asesinatos selectivos, quema de viviendas,
desplazamientos forzados y amenazas a la población.
Entre sus víctimas
directas se cuenta la familia Castro Ochoa, en cabeza de Baudilio Castro y Vilma
Ochoa, esposos y titulares de la escritura que desde 1998 los reafirmaba como
dueños del predio Bellavista, en la vereda Aguas Claras del municipio Puerto
Concordia.
Hasta ese lugar, de 114
hectáreas y explotado entonces por la familia en labores ganaderas, arribó el 9
de octubre del 2003 el jefe paramilitar y un comando de hombres armados. Sin
razón alguna, Cuchillo ordenó a los propietarios abandonar el predio con los
enseres que pudieran tomar a la mano.
La familia se desplazó
a Villavicencio, adonde Baudilio recibió a los pocos días una llamada en que le
indicaban ir a Puerto Concordia para encontrarse con el comandante. “Me dijo
que la finca era ahora de él y que me iba a dar $20 millones. Que los tomara o
los dejara, pero que daba igual porque al terreno mi familia y yo no podíamos
volver”, declaró Baudilio.
Solo con la
implementación de la Ley 1448 estas víctimas de la violencia recobraron la
esperanza de recuperar su patrimonio. Su perseverancia hoy rinde frutos a
través del fallo judicial que les reconoce la condición de legítimos
propietarios, invalida la escritura firmada bajo presión y otorga una serie de
beneficios como estímulo para la reactivación económica del hogar.