Mapiripán. Cuatro
integrantes de una misma familia hicieron pasar al padrastro por muerto
en la masacre de Mapiripán, ocurrida en julio de 1997, y cobraron una
indemnización al Estado por más de mil
110 millones de pesos.
Veinte años después de
la arremetida paramilitar, la Fiscalía llamó a Juicio, a los hermanos, Luís
Fernando, Jonatán, Carlos Felipe y William Alexander Figueredo Cagüeño, ante un
Juzgado de Bogotá, para que respondan por los delitos de Estafa agravada,
fraude procesal y enriquecimiento ilícito luego de acreditarse como falsas
víctimas.
Como resultado de la
investigación, la Fiscalía estableció que estas personas certificaron como
víctima de la masacre a William Molina.
Sin embargo, el organismo judicial descubrió que la persona fallecida se
encontraba con vida y residía en Villavicencio.
Molina, declaró ante la
Fiscalía que desconocía del caso y que no ha recibido ningún dinero; siempre se
ha dedicado a oficios varios, y que de hace años se separó de la mamá de los
jóvenes y se fue a trabajar a San José del Guaviare.