La Cuarta División y
Séptima Brigada del Ejército Nacional invita a los Metenses a unirse a la
campaña “Remángate”, para alzar la voz contra las minas antipersona y
solidarizarse con las víctimas y familias que han sufrido esta situación.
¡Remanga tu pantalón como símbolo de esperanza!.
Como un homenaje a nuestros héroes publicamos
una crónica de vida del Soldado Profesional del Ejército Nacional Jesús María
Izquierdo, víctima de una mina antipersona:
El arte de construir sueños y
esperanzas
El Soldado profesional
Jesús María Izquierdo, víctima de una mina antipersonal hace 6 años, hoy
fabrica prótesis en el Hospital Militar Central para las víctimas en situación
de discapacidad, como queriendo reparar en parte, las secuelas de la guerra y
en la búsqueda de la paz que tanto quiere para Colombia. Lo mueve la fuerza de
la pasión por su patria, principalmente por su Ejército.
Ahora más que nunca
piensa que el mejor homenaje que se les puede hacer a las víctimas es bridarles
oportunidades para que puedan realizar su proyecto de vida. Posibilidades de
desarrollo que les permita incorporarse a la sociedad de la mejor manera y
entre todos poder construir un mejor país.
Era un día de aparente
calma. Aún no había amanecido. El nueve de octubre de 2009, en el departamento
del Caquetá, en pleno corazón de la selva, se escucharon los primeros disparos.
Uno de sus compañeros, el que iba punteando se encontró de repente con un
campamento guerrillero, era el inicio de un combate. Jesús, pertenecía a la
Fuerza Élite que se desplazaba por todo el país. Su misión era “proteger la
soberanía nacional y la seguridad de los colombianos”, para él una premisa que
lleva en el alma.
Así inició aquel día
que nunca olvidará, a pesar de ser un hombre curtido por la guerra, con una
experiencia de 11 años en la Fuerza Pública y de haber sido herido en dos
oportunidades, jamás imaginó que podría pisar una mina. El silencio de la selva
se convirtió en un concierto de balas y morteros. Después de una larga jornada,
lograron neutralizar la situación y la huida de los insurgentes. El resultado
fueron seis muertos en desarrollo de operaciones militares e incautaron
material explosivo, 500 minas antipersonas y más de tres toneladas de víveres.
Pensaron que por ese día habían cumplido con su misión, Pero no fue así, los
guerrilleros regresaron con más de 200 hombres, contra quienes se enfrentaron
valientemente. Después de dos horas de combate, Jesús que iba cerrando el
pelotón, pisó una mina que le “explotó” la pierna izquierda. En ese instante
sintió que todo había terminado para él. Sin embargo, como pudo se protegió
entre la vegetación y por su condición de enfermero de combate, logró contener
la hemorragia y el dolor, mientras era evacuado.
En un principio, como
es natural sintió rabia e impotencia por su situación. Se esforzó en
recuperarse al máximo, física y mentalmente. Contó con el apoyo de su padre y
del personal de la salud del Batallón de Sanidad y del Hospital Militar, lo
cual lo motivó a superarse mucho más. Durante tres años se capacitó en el
Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, en la elaboración de prótesis y hace más
de tres años trabaja como técnico ortoprotesista en el HOMIC, se empeñó no sólo
en hacerlo muy bien, sino que en cada una de las prótesis que elabora entrega
lo mejor sí, como si fueran hechas para él, porque quiere darle a cada víctima
de la guerra un mensaje de fe y esperanza, con la certeza que siempre hay
sueños por cumplir y proyectos de vida por alcanzar.
¿Desde qué época
ingresó al Ejército?
Desde que cumplí la
mayoría de edad, a los 18 años.
¿Qué lo motivo a
hacerlo?
Ser militar en mi
familia es una tradición. Es algo que corre por las venas. Por generaciones
hemos pertenecido al Ejército, mi bisabuelo estuvo en la guerra de los mil
días, mi abuelo, en la guerra de Corea, y mi padre también fue soldado. Me
siento muy feliz y orgulloso de ser parte del Ejército Nacional de Colombia.
¿Hoy en día que piensa
del Ejército?
Que me ha dado todo lo
que tengo y lo que soy. Amo mucho mi Ejército es una Institución digna de
ejemplo en el mundo.
¿Qué le dice a los
soldados víctimas de la minas?
Que continúen luchando
por sus sueños, que se capaciten, que busquen espacios donde puedan
desempeñarse y continuar con su vida de la mejor manera.
¿Y a las familias que
han sufrido esta situación?
Que el amor de la
familia es fundamental para salir adelante, que los acompañen y apoyen durante
todo el proceso de recuperación. Esto es definitivo para seguir avanzando.
¿Considera que esta
experiencia le dejó un aprendizaje?
Claro que sí, que se
pueden vencer todos los obstáculos y cada situación es un reto a superar, el
espíritu de lucha siempre se debe mantener. Se debe vivir en paz y sin odios.
Prensa Séptima Brigada.