En verdad quiero muy
sinceramente, ofrecer disculpas por realizar este escrito, en este medio, puesto
que su finalidad no es otra que la de informar objetivamente, sin ver de dónde viene o proviene la noticia, y mucho menos
importando el contenido, puesto que según algunos de los cánones del periodismo,
es precisamente informar, sin sesgo sin favoritismo y mucho menos colocando por
encima del escrito o noticia, color político, religión e interés alguno.
Pero esta vez utilizaré
unos pocos renglones, para resaltar que el dia 25 de Diciembre del corriente
año pasé junto a mi señora madre la navidad número 61, pues esa es mi edad, a
pesar que mi progenitora cumplirá en pocos meses 81 años.
Ello me llenó de
orgullo y de inmensa satisfacción, puesto que somos pocos quienes tenemos esa fortuna, de poseer a
nuestra edad el mejor ser del mundo, como lo es la Mamá, la amiga
incondicional, la que siempre está ahí, sin rencor, sin orgullo, con su inmensa
humildad, pero con ese amor filial que a pesar de sus años mantiene latente por
sus hijas e hijos.
Haciendo uso de su
facultad mental, compartimos un pequeño detalle alimenticio, y hablamos de muchos
temas, tales como de sus múltiples amistades, quienes me la preguntan, también pregunto
por variaras de ellas.
Como buena madre, buena
abuela, bisabuelas, tatarabuela, no dejó en ningún momento de darme consejos y
porque no decirlo hasta el punto de llamarme la atención con autoridad, pero
sobre todo con seguridad y con mucho carácter.
Nuevamente ofrezco
disculpas a nuestros lectores, pero necesitaba decirlo, mejor escribirlo, y
volver a sentir la misma alegría al compartir esta nota con ustedes, solo comparable
con la alegría de poder seguir contado con mi Mamá doña MARIA LUISA PARDO DE
DIAZ. Para ella mi afecto, mi aprecio infinito y para ustedes gracias por leer
la nota. Feliz tarde.