Por: AFP/EFE |
Este lunes llegó a Brasil el papa para reunirse con millares
de jóvenes de todo el mundo en el país con más católicos del planeta, pero que
pierde fieles desde hace tres décadas y ha sido sacudido recientemente por
protestas callejeras.
Monjas y sacerdotes de largos hábitos y peregrinos con
camisetas y mochilas con los colores de la bandera brasileña ya se pasean por
las calles de Rio, listos para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el
"Woodstock católico" que el papa presidirá en su primer viaje a la
región donde nació y vivió casi toda su vida, y a la que asistirán cerca de 1,5
millones de personas del 23 al 28 de julio.
El papa argentino, que defiende una Iglesia austera, cercana
a los pobres y al pueblo, ha intensificado su agenda ante el anuncio de varias
protestas durante su visita, insistiendo en pasearse por el centro de Rio en un
papamóvil descubierto inmediatamente después de su llegada, prevista para las
16H00 locales (19H00 GMT).
El Vaticano asegura que el pontífice no está preocupado por
las protestas y los expertos señalan que su discurso de reforma de una Iglesia
en crisis, contra el derroche y en defensa de los más desposeídos, está en
sintonía con el de los manifestantes.