D- Notillano
Debido a las explosiones
con dinamita hechas por los
ingenieros que tenían a su cargo las
obras, la montaña se vino y sepultó un taxi
de servicio público, afortunadamente
sin víctimas.
El Consejo de Estado, declaró patrimonialmente responsable al
Instituto Nacional de Vías (Invías) por la destrucción de un automóvil de
servicio público que quedó atrapado en un deslizamiento de tierra en la vía
Bogotá-Villavicencio en octubre de 1999.
Según el demandante, el movimiento de tierra se produjo por
el uso de explosivos para la ampliación de la vía y la construcción del
viaducto en inmediaciones del municipio de Cáqueza, sin emplear muros de
contención o canastillas sobre la montaña.
La Sección Tercera, con ponencia del magistrado Hernán
Andrade Rincón, absolvió a una sociedad
que fue la encargada de construir la vía, debido a que con ella se había
clausurado el contrato un año antes del accidente.
La Sala explicó que en ninguna parte del contrato se estipuló
que dicha entidad debía responder por daños ocasionados posteriormente. Por el
contrario, sería el Invías el encargado de hacer el mantenimiento respectivo.
Además, los informes de expertos señalan que el invierno y la falta de
prevención, sumado al uso de explosivos en la construcción, fueron la causa de los deslizamientos.
La sala ordenó el pago de más de 109 millones de pesos al
propietario del vehículo, por concepto de perjuicios materiales en la modalidad
de daño emergente y lucro cesante.