Ante la inmensa afluencia de pasajeros que tiene que viajar a la ciudad de Bogotá y quienes aprovecharon el largo puente de Semana Santa para visitar la tierra por Dios bendecida como lo es Acacìas, se les ha constituido en un eterno viacrucis poder, adquirir un pasaje en una de las empresas autorizadas para hacerlo, por la carencia absoluta de los mismo; hecho que han aprovechado los revoleadores para hacer su agosto en Abril.
Con la complicidad de agentes del Instituto de Transito del municipio, despachan los vehículos particulares, busetas automóviles, llenos de pasajeros, quienes pagan el precio que sea para poder viajar. Los miembros del tránsito quienes hacen presencia, en el lugar, se hacen los desentendidos mientras estos acontecimientos suceden a cada momento. Posteriormente el jefe de los revoleadores, visita a uno de los funcionarios del tránsito y de allí, anuncia pasajes directo a Bogotá, pero esto no sucede en los carros de las empresas autorizadas por las autoridades del ramo. Valdría la pena tomar cartas en el asunto y entrar a corregir estos detalles que hacen que en las calles de Acacìas circulen gremios encargados de violar las normas del tránsito con el beneplácito de las autoridades que representan en este caso la autoridad del tránsito en Acacìas.