Los contrabandistas buscaban inundar el mercado local con sus
productos ilegales.
Con el decomiso de 357 toneladas de alimentos de marcas
venezolanas que iban a ser introducidas de contrabando en el mercado nacional,
la Dian lanza una nueva línea de investigación, encaminada a no dejar pasar la
ilegalidad al país.
La primera tarea de vigilancia en ese sentido, con la
participación de la Polfa (Policía Fiscal Aduanera) se produjo en el perímetro
rural de Barranquilla y dio como resultado la inmovilización de dos
tractocamiones que, tras la requisa, llevaban 68 toneladas de arroz.
Horas después, con base en seguimientos continuos, las
autoridades aduaneras procedieron a allanar dos inmuebles en el municipio de
Fonseca (La Guajira), en donde encontraron tres toneladas del mismo producto.
Las autoridades aduaneras también aprehendieron cerca de 244
toneladas del alimento, almacenadas en una bodega al sur de Bogotá. La
intención de los contrabandistas, como se ve, era inundar el mercado nacional
de arroz reempacado, lo que implica un riesgo para los consumidores, pues se
desconocen las condiciones en que se maneja el producto.
La ilegalidad impacta a dos de los sectores económicos
(industria y agro) que más dificultades han tenido en los últimos tiempos, pues
los comerciantes que le juegan limpio al país no pueden competir con los
precios que ofrecen los que no pagan impuestos.
Según estimaciones de la Dian, "los que delinquen con
productos de contrabando, específicamente con el arroz, pueden llegar a tener
una ganancia hasta del 700 por ciento, pues mientras una arroba de arroz en el
país se comercializa entre 25 y 30 mil pesos, la misma arroba adquirida en el
vecino país, está alrededor de 1.500 pesos"